jueves, 31 de diciembre de 2009

YO SOY EL CAMINO



YO SOY EL CAMINO



En solo tres puntos concretó Jesús el itinerario y la sustancia de su mensaje:


Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6)


La revelación de su condición de Hijo de Dios, en misión anunciadora del Reino, en esa triple asignación ascendente a las realidades divinas, camino, verdad, y vida, nos aboca al compromiso de asumir un peregrinaje en que Jesús nos precede como guía señero, nos dirige con las indicaciones bienaventuradas de su palabra inequívoca y nos vitaliza con la singularidad de su amor transformante y salvador.


Él es el camino que, desde la referencia constante al mapa de Palestina, dirige nuestros pasos por la geografía de su corazón. Él es la verdad que expresa la voluntad del Padre y la proximidad del Reino, mediante la palabra, a todo lo largo y lo ancho de Galilea y de nuestro fervor. Él es la vida que, con su muerte y Resurrección, tras una larga travesía de esfuerzos, por tramos sucesivos que suben hasta Jerusalén y desde allí al Calvario, último punto moral del peregrinaje suyo y nuestro, nos restituirá a la comunidad del amor del Padre.


Peregrinar es tanto como rastrear las huellas seguras de quien se proclamó camino a sí mismo, porque en el aprendizaje sin pausa de ese seguimiento se va modelando la efigie del propio perfeccionamiento, hasta sentir cómo van surgiendo en nosotros, de etapa en etapa, los perfiles cristianos del auténtico peregrino. Y si, frente a la tentación fácil de trochas y atajos aventureros, la certeza de no errar se procura situándose uno en la proximidad del Adelantado que nos abrió camino, nunca se estará más cerca de Jesús que cuando se comparten las enseñanzas de su amor, o por la favorecida geografía donde trazá el Maestro los ásperos derroteros que confluyen en el camino de la fe hacia el Reino, que es como comulgar con El, sentados en torno a su propia mesa .


¡En marcha entonces! ¡Hay un lucero en el horizonte que guía nuestros pasos!

martes, 8 de diciembre de 2009

TABERNAS DE GALLEGOS EN CORDOBA





A principios del siglo pasado hubo una llegada masiva de gallegos a nuestra ciudad procedentes de los municipios de Pazos de Borbén, Mondariz y Puenteareas, todos pertenecientes a la provincia de Pontevedra.
Instalados en nuestra ciudad, fueron abriendo tabernas en los barrios más emblemáticos de Córdoba.
Eran establecimiento s que vendían vinos, vinagres y aceitunas, como aparecía en los rótulos de sus puestas. Entre los llegados en esta época cabe destacar a Manuel Alen, a José Pazos y algo más tarde a Perfecto Seoane. Los tres se afincaron en la calle Alfonso XII, cerca de Puerta Nueva, donde estuvo enclavado el Hospital Antituberculoso, hoy Facultad de Derecho. Otros como José Seoane y Angel Groba lo harían la Plaza de Regina, el primero y en la Judería, Santa Marina y Murrubial el segundo.
TABERNA "BAR PERFECTO SEOANE"
Parece ser que la más antigua de todas estas tabernas fundada en el 1914 fue la de la calle Alfonso XII esquina a Cruz Verde, y cuyos propietarios eran los socios Manuel Alen y José Pazos. Abrieron su establecimiento en un edificio que data del año 1793, desde el que según cuenta Ramirez de Arellano en su libro PASEOS POR CÓRDOBA, cuando llegaron los franceses en el año 1808, dispararon e hirieron al General Dupont, comandante de las tropas imperiales.
En el año1922, siguiendo la costumbre, ambos socios trajeron desde Galicia como mozo a Perfecto Seoane, al calor también de su padre Manuel Seoane, que ya se encontraba en la ciudad, trabajando en la antigua MENGEMOR (hoy SEVILLANA ENDESA), como farolero -persona que encendía y apagaba los faroles de las calles-, Perfecto siempre recordaría que cuando murió su padre en el año 1935, a su madre le quedo una pensión de UNA PESETA DIARIA, que cobraba mensualmente y que puntualmente se le mandaba hasta su fallecimiento en el año 1954. Después de dieciocho largos años de trabajar como mozo en la misma casa, se quedó con la parte del negocio de José Pazos, que regresó a su Galicia natal, pasando a ser socio y además cuñado de Manuel Alén, al casarse ambos con las hermanas gallegas Erundina y Claudina. La sociedad se deshizo en el año 1952 y Perfecto se quedó con la taberna que pasó a llamarse "BAR PERFECTO SEOANE". La Taberna se hizo famosa por la crianza de sus vinos que, en un principio, eran transportados desde el lagar en pellejos que se iban vaciando en los barriles de una bodega interior y en los del portal de la entrada. Más tarde, en barriles grandes, traídos desde la estación en carros con mulos, y por último, en un camión-cisterna. También alcanzó justa fama la taberna por ofrecer el vino en unos botellines que luego se servían los clientes en sus copas, y por el especial rebozado de las tapas de bacalao. Tras su jubilación y fallecimiento en 1978, el bar ha estado abierto y regentado por sus hijos Ignacio (fallecido en Mayo del año 2006) y Manuel, (ambos socios de la CASA DE GALICIA EN CÓRDOBA) hasta finales del año 1990. La taberna, que se abría a las cuatro de la mañana, era frecuentada por trabajadores, y los domingos, por cazadores. De vez en cuando aparecía Don Ricardo Molina, en sus famosos paseos, con su libro bajo el brazo y Julio Anguita, compañero de colegio en la Academia Hispana y vecino del barrio de la Magdalena. La casa fue demolida y construida de nuevo con la misma fachada, siendo ocupada en la actualidad por el "Café Alfonso XII".



Las tabernas que muestro no son de Cordoba, pueden servir por su semejanza.

De la revista Airiños nº 9. Escrito por Manuel Seoane Gonzalez.