En las largas noches invernales, al calor de la churaca, en todos los pueblos se contaban y cantaban poemas, romances, canciones, anécdotas, cuentos...... Hoy, la mayoría, son desconocidos para muchos.Me gustaba mucho escuchar el romance de la LOBA PARDA cuando lo recitaba mi padre. Y aún me gusta leerlo.
Estando yo en la mi choza, pintando la mi cachava,
las cabrillas altas iban, y la luna rebajada.
Mal barruntan las ovejas, no paran en la majada.
Vide venir siete lobos, por una oscura cañada.
Venían echando suertes, cual entrará en la majada.
Le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como puntas de navajas.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio sacó a la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orejisana;
la que tenía mis amos para el Domingo de Pascua.
Aquí mis siete cachorros, aquí perra trujillana,
aquí perro el de los hierros, a correr la loba parda.
Si me cobráis la borrega, cenaréis leche y hogaza.
Y si no me la cobráis, cenaréis de mi cachava.
Los perros tras de la loba, las uñas se esmigajaban,
siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias.
Llegando a Los Cotorrillos, la loba ya va cansada.
-Tomad perros la borrega, sana y buena como estaba.
- No queremos la borrega de tu boca alobadada;
que queremos tu pellejo, p´al pastor una zamarra;
de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas,
el rabo para correas, para atarse las polainas,
las tripas para vihuelas, para que bailen las damas.