miércoles, 28 de septiembre de 2016

LEYENDAS Y CURIOSIDADES DE CÓRDOBA

LA LEYENDA DEL DUENDE
(Leyenda cordobesa de mediados de 1.800 )

De entre las muchas leyendas sobre nuestra ciudad, hay una bastante atractiva, de la que se ha escrito mucho. La fuente principal de ella está en el libro Paseos por Córdoba de D. Teodomiro Ramírez de Arellano. Concretamente la cita en el Paseo 4º, referido al Barrio de San Andrés, titulado “La Leyenda del Duende”.

En la calle Almonas, y formando rincón está la casa n.º 55, conocida por la del Duende, cuya tradición contaremos. Hallamos una casa de fechada antigua y fea, que es una de las muchas almonas o fabrica de jabón que hubo en aquella calle y le dieron el nombre; hoy dicha casa le dicen Almonas de Paso, porque atravesando el patio se sale por otra puerta a una calleja llamada como ella y de allí a la calle del Huerto de San Andrés. Es una de las varias casas que aún quedan en Córdoba con aquella incómoda servidumbre.

Partiendo del párrafo citado, buscamos en los planos que disponemos, cuando la llamada Almona de Paso era solamente eso, una casa de paso y ambas callejas Pintor Bermejo y Torre de San Andrés no tenían aún salida a Gutiérrez de los Ríos – antigua calle Almonas, que es el nombre por el que se conoce actualmente la calle por la mayoría de los cordobeses -, tratamos de ubicar el lugar exacto de la Casa del Duende.

Cita la leyenda que el Duende se llamaba Martín -casi todos los duendes se llamaban así, de ahí supongo el llamarles colectiva-mente martinicos -, tenía el titulo de duende, otorgado por la Divina Providencia por haber abofeteado a su padre, imaginamos que antes lo pasaría a mejor vida, no creemos que pasará directamente a duende, lo cierto es que no especifica la leyenda como sucedió el traslado. Luego se enamoro de la señora “hermosa y rica” porque era duende no tonto, -nunca en las leyendas, salvo en la de Blanca-nieves, con la bruja, y así -son las señoras feas y pobres-, a la que envidiaba su hermano, porque el padre de ambos la había tratado mejor en la herencia, y claro, que de mejor manera pasara su parte con la suya y quitar de en-medio a la hermana.

El enamoradizo duende que no dejaba de dar la vara a la señora, a la que le asqueaba por lo feo y bajito que era. Decidió la señora irse de la casa a otra por la judería, cerca del colegio San Roque, ya que estaba hasta el co… de él. El otro hermano le dijo varias veces que no lo hiciera por lo que le pudiera ocurrir, que mientras viviera allí no le pasaría nada, porque él estaría atento a los manejos de su hermano, (el duende), como había hecho alguna otra vez. Pero era superior el rechazo que le tenia al pequeño y feo Martín, que al fin la señora se mudo y mira por donde Martín el duende le buscó las vueltas y en la esquina de la Judería -donde estaba la jeringuería de Juana, - la mato al amanecer de un día de Nochebuena-. Que mala leche tenia que el día de Nochebuena, la mato cuando iba a los maitines a la Catedral. Como iba embozado nadie supo quien la mató y después se hizo cargo de su herencia.

¿ Y que ocurrió después?, pues que el asesino se fue a vivir a la casa de la calle Almonas y una vez allí y pasados unos años, se encargo Martín (el duende) de quitar de en medio al otro hermano, esperó varios años, sin hacerlo, en cuanto pudo y todo se iba apaciguando, es que los duendes no tienen prisa, por ser eternos posible



mente. La casa estuvo un tiempo sin movimiento, lo que alertó a una vecina que estaba siempre pendiente de quien entraba o salia, -la clásica vecina de todas las comunidades.- cuando se abrió la casa, por la autoridad competente, por supuesto, lo primero que vieron fue al duende Martín que les dijo:

“ Podéis dar sepultura en sagrado a este cadáver, porque no ha sido él quien ha puesto fin a su vida; lo ha hecho la Divina Providencia en castigo de ser el asesino de su hermana, y ya que la justicia de la tierra dejó impune su delito, la del cielo ha querido castigarlo por mi conducto”.

El duende estricto cumplidor de la normativa cristiana, que a los suicidas obligaba a enterrar en lugar distinto, no sagrado, no así por el contrario a los asesinos que cosa curiosa, eran enterrados donde los demás. Era sólo una discriminación parece con los que decidían quitarse la vida, porque claro se lo encontraron colgado de una viga por una cuerda. Aunque no fue suicidio si no un crimen de la Divina Providencia. Y una vez dicho esto, Martín desapareció totalmente y para siempre, porque se supone que la acción buena lo retiro de duende -la buena acción había sido un asesinato. - claro la Divina Providencia, que era la que valora las acciones, le dio entonces el finiquito, por ser la que lo había contratado.



sábado, 17 de septiembre de 2016

HISTORIA DE CÓRDOBA

HISTORIA DE CLAUDIO MARCELO


Marco Claudio Marcelo pertenecía a una de las familias mas importantes de la república romana. Quizás esa circunstancia le había ayudado a ser un hombre sin codicia ni urgencias, satisfecho y honesto, un hombre que no precisaba trepar por la estrecha escala social que caracterizaba a Roma en el último siglo de la República. Marcelo no tenía necesidad de medrar ni ganar honores. El ya estaba arriba. Por nacimiento era responsable de una familia que era equiparable en honor e importancia incluso a la estirpe de los Escipiones. Pero el hecho de su nacimiento, como suele ocurrir a todos los seres humanos, marcó su vida en uno u otro sentido. Claudio Marcelo no pudo conocer a su abuelo, la espada de Roma, uno de los héroes mas sobresalientes de la guerra contra Aníbal, pero si conoció desde pequeño el profundo respeto que despertaba el nombre de su abuelo incluso entre sus enemigos. En los días mas sagrados su padre sacaba la efigie del héroe en procesión por la ciudad, entre el respeto y la admiración de los ciudadanos de Roma.  

viernes, 9 de septiembre de 2016

HISTORIAS Y LEYENDAS DE CÓRDOBA

LA PLAZA DE SAN ANDRES.

La Plaza de San Andrés es bastante extensa y algo mas regularizada que lo son generalmente en Córdoba. Formando esquina a la calle del Huerto hay una casa, propiedad hoy del maestro de carpintería D. Antonio Castilla, aficionado a pinturas antiguas, de las que ha reunido una colección, en que hay algo bueno, particularmente una gran tabla representando la Virgen, y que llama la atención por sus muchos años. La casa tiene una bonita fachada del Renacimiento, hoy sin uso, y en la esquina dos preciosos ajimeces, uno sobre otro y con los vanos macizos, no teniendo mas compañero que otro en la calle de la Pierna. Como un recuerdo de nuestras bellezas artísticas, debieran ponerse en uso, lo cual daría importancia al edificio, un tiempo atrás casa de las mas principales.

En el rincón donde hoy hay una cochera, hubo una fuente muy raquítica construida en 1794, la cual costó 1012 reales, surtida con agua de la Palma; pero perdida en 1841, la quitaron, permaneciendo así hasta 1861, que pusieron la actual que estaba en la plaza del Salvador, dándole la dotación de otra de la calle de San Pablo, del agua que nace en la sierra.

LA CASA DE LOS ANGULOS.

En el otro lado de la plaza hay unas hermosa casa, de pobre exterior, propiedad del señor Don Rafael Cabrera, quien la adquirió del Sr. Marqués de Villaseca; es la casa solariega de los Angulos, una de las familias mas ilustres de España, y a quien principalmente representan los Marqueses de Guadalcazár por el Señorío del Alizné. El P. Ruano y otros muchos escritores se ocupan con detención del esclarecido linaje de los Angulos, cuya armas se veían en estas y otras casas que en esta ciudad le pertenecieron; eran escudo partido, el primero de oro y cinco robles de plata partidos de sinople, puestos en santor; el segundo del mismo metal y cinco manojos de brezo en la misma disposición, atados con cintas de gules. Entre los conquistadores de Córdoba figura el nombre de Martín Sánchez de Angulo: aquí estableció su casa, ya casado con Doña María Freiré de Andrade, y después encontramos otros como Alonso Martínez de Angulo, valeroso caballero que sirvió en la frontera a los Reyes Don Sancho y D. Fernando, su hijo; D. Lope Alfonso de Angulo que también presto grandes servicios a su patria, y tuvo entre otros hijos a Doña Constan-za de Angulo, de quien se enamoro D. Fabrique el hermano de los Reyes D. Pedro y D. Enrique II, y de quien tuvo por hijo al Conde D. Pedro de Castilla, y a favor del cual otorgo el segundo de aquellos, en Bugos a 21 de Octubre de 1366, los bienes que gozo en Córdoba su madre Doña Leonor de Guzmán; D. Diego López de Angulo, uno de los que mas figuraron en la celebre batalla del Campo de la Verdad; Alfonso Martínez de Angulo, Veinticuatro de Córdoba, que concurrió a la conquista de Antequera y a la batalla de la Higuera de Martos y fue uno de los que prendieron al Condestable D. Ruy López Dávalos; otro de igual nombre y apellido, que acompaño al Rey D. Juan II en la entrada que en 1431 hizo con su ejercito por la vega de Granada; Fernando de Angulo, Fernando de Angulo, Comendador de las Casas Córdoba, Castil Seras y Villa-franca, Clavero Mayor de Calatrava, en cuyas casas se fundo el Colegio de la Asunción, hoy Instituto Provincial; Juan Martínez de Angulo, servidor del Rey D. Juan de Navarra y uno de los capitanes mas señalados de su tiempo; Rodrigo de Angulo de la Orden de Santiago, valeroso Capitán contra los moriscos de Granada; Juan Martínez de Angulo, muerto gloriosamente en Oran; Alonso Martínez de Angulo, conquistador del Rio de la Plata en Argentina; D. Martín Fernández de Angulo, Consejero de los Reyes Católicos Obispo de Cartegena y Córdoba, desde donde acompaño a Granada el cadáver de Fernando V, con cincuenta y cuatro sobrinos, hijos sus hermanos y primos. Otros muchos Angulos pudiéramos citar; mas esto haría demasiado largo nuestro trabajo. Baste decir, que de los Angulos descienden casi todos los títulos y caballeros principales que han radicado y aun radican en Córdoba, puesto que se han dividido en multitud de ramas, unas de varón y otras de hembras, facilitando sus enlaces la gran estimación en que tenían su alcurnia y las muchas y pingües fundaciones con que han ido contando, ya por ellos mismos como por las herencias que sus entronques les atrajeron.

En una de las copias de los casos raros de Córdoba, se encuentra una referente a la casa de los Angulos

Todos los días cuando paso por la plaza de San Andrés, me llama la atención el caserón que hay en el número uno de la misma. Tiene un enorme patio interior y una palmera en el centro del mismo. El libro de los casos Raros de Córdoba, recogen un caso que sitúa en lo que llaman casa del Marqués de Villaverde, y D. Teodomiro Ramírez de Arellano discute ello por estimarlo un error, primero porque nunca vivieron en esa casa, y segundo porque el titulo nobiliario es posterior su concesión a la fecha del caso, 1597, D. Teodomiro sitúa la leyenda por tanto, en la Casa de los
Angulos.

Cuando en su libro hace una descripción de la plaza de San Andrés, después de citar la casa que entonces era propiedad de Antonio Castilla, de fachada renacentista, con dos ajimeces similares al que hay en la actual calle Barroso, dice también que enfrente ; “hay unas hermosas casas de pobre exterior, propiedad del señor don Rafael Cabrera, quien las adquirió del señor marqués de Villaseca. Es la solariega casa de los Ángulos, una de las familias mas ilustres de España, y a quien principalmente representan los marqueses de Guadalcazar por el señorío del Alizné “, y continúa aclarando: “Entre los conquistadores de Córdoba figura el nombre de Andrade”, `por lo que podemos entender que el error es el de cambiar Villlaseca por Villaverde.

Mas adelante, el caso raro de la casa de los Angulos.