Cortijo de los Frailes Jerónimos de Villarruvia
Cortijo de los Frailes vista sede el norte |
En los primeros años del siglo XX, la población experimentó un gran crecimiento debido a la instalación de la fábrica de la Azucarera de San Rafael en la barriada, atrayendo a muchas personas a trabajar en ella, no solo de la propia Córdoba, sino también de ciudades como Jaén o Granada. Unos años más tarde, abrirá sus puertas la Pimentera y algo más tarde, se instalará la fábrica de Levadura, la única que sigue en funcionamiento en nuestros días.
En lo que se refiere al patrimonio histórico de la localidad, forman parte del mismo la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y el edificio más notable, el Cortijo de los Frailes Jerónimos, que era parte del patrimonio rural del vecino Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, situado en la ladera de Sierra Morena, próxima al yacimiento arqueológico de Medina Azahara. Los monjes jerónimos, decidieron situar aquí una explotación agraria debido a la gran riqueza del terreno, perteneciente a la vega del Guadalquivir y ya desde época romana había sido usado este entorno para el mismo fin. Hace 2000 años, aunque no existía un asentamiento poblacional como hoy en día, ya había en las inmediaciones de la barriada un cierto número de enclaves rurales, al frente de las cuales se disponían grandes casas o villas al amparo de estas fértiles tierras, convirtiendo a Villarrubia y sus inmediaciones en un ámbito atractivo para el desarrollo de la agricultura de secano y también de regadío.
En un primer momento, fue conocido como Dehesa y Cortijo de Encinarejo y tras su desamortización en el siglo XIX, pasaría a ser designado Cortijo de los Frailes tal y como lo recoge Sáenz de Urraca en su relación de cortijos de la provincia de Córdoba escrita hacia 1872. En el término del cortijo se desarrolló el pueblo de Encinarejo, heredero de la antigua designación del cortijo.
El edificio que alberga el cortijo, es de amplias proporciones y está compuesto por una estructura peculiar que consta a su vez de todo un conjunto de piezas independientes y autónomas, cerradas al exterior cuya unión a través de muros de cerramiento general la configuración de un patio interior de trazado irregular.
Puerta principal, cuadras y pajar derruido a la derecha. |
Torre prensa móvil y mirador Torre de contrapeso y mirador posterior
La presencia de los dos sistemas de prensado para la obtención de aceite, el de viga y el de prensa de torre, acrecienta el interés de este edificio. El primero adquirió un gran protagonismo entre la Edad Media y el siglo XIX, constatándose su funcionamiento en algunos casos incluso hasta mediados del siglo XX. El segundo como tecnología normalmente asociada a explotaciones de olivar de menor escala o productividad, se desarrolló principalmente a lo largo del siglo XIX, estando vigente hasta mediados del siglo XX. Los dos sistemas estuvieron conviviendo aproximadamente un siglo, siendo especialmente significativo en el caso del Cortijo los Frailes.
Al exterior, junto a la capilla se sitúa una alberca de planta rectangular unida a los restos de lo que fue un antiguo jardín y en el que existen vestigios de una acequia. Ello pone de manifiesto la importancia del regadío asociado a la huerta, en esta explotación agrícola antes de la introducción de cultivos industriales. Así se encuentra en las inmediaciones del núcleo principal del cortijo otra edificación de menor entidad, formando un compacto bloque de dos alturas bajo tejado a dos aguas, destinadas en su día a casa huerta. Patio almazara Ruinas del patio de la almazara Tras la desamortización, el edificio pasó a ser ocupado por familias que no disponían de recursos económicos y siguieron con la explotación agraria. En nuestros días, se encuentra en estado de abandono aunque hubo voluntad por parte de su actual propietario de rehabilitarlo y adecuar sus instalaciones a diferentes usos. Un enorme edificio el cortijo, compuesto de independientes piezas, unidas por muros de cerramiento,que da lugar a un irregular patio interior. A la entrada, izquierda y derecha las cuadras. Unas de dos plantas y tres crujías que aún mantiene en pie sus arcadas en el muro central . Se pueden ver por las ventanas. Luego la vivienda de los caseros en forma de L. Más al fondo aún el señorio, con acceso desde el exterior, construcción formado una U, con el lateral norte derruido y patio interior con claustro que recuerda un convento posiblemente sean residuos de cuando estaban allí los frailes. |
Habitantes actuales del cortijo (Foto diario Córdoba 2015)
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