HOMENAJE A ANTONIO GALA
ORGANIZA EL CONSEJO REGULADOR MONTILLA-MORILES
LOS VINO DE MONTILLA-MORILES
BLANCOS JÓVENES.- Vinos variables de color muy pálido de aroma afrutado. Secos a la boca o ligeramente abocados, con graduación alcohólica entre los 10 y los 12º; excelentes para acompañar mariscos y pescados; imprescindibles en las buenas mesas.
FINOS.- Vino pálido y seco, fragante, levemente amargoso, ligero y fragante al paladar, de transparente color pajizo con reminiscencias de topacio verdoso en los tipos más delicados y graduación alcohólica entre 15 y 17,5 grados. Se cría bajo velo de flor por el sistema de criaderas y soleras. Ideal para acompañar todo tipo de tapas, aperitivos y entremeses.
AMONTILLADO.- Rey de los vinos generosos, seco, de punzante aroma avellanado, suave y lleno a la vez, goza de una armoniosa conjunción de finura y vejez. Color ambarino, entre amarillo-moreno y oro viejo, con graduación alcohólica que va de los 16 a 18 grados, aunque los más viejos pueden llegar a los 22º, Participa de la crianza bajo velo de flor, siguiendo luego un proceso de envejecimiento natural en las criaderas y soleras. Puede servirse también como aperitivo.
OLOROSO,- Vino de mucho cuerpo, lleno y aterciopelado, acusadarmente enérgico, seco o no muy abocado, cuyo color recuerda la caoba oscura, con graduación entre los 16 y 18 grados, pudiendo llegar hasta los 20º los muy viejos. Ideal a media mañana, antes del copeo de los finos, reconfortable singular siempre.
PEDRO XIMENEZ.- Vino dulce natural, de color rubí oscuro, que se obtiene mediante el soleado previo de la uva del mismo nombre, sometiéndose después a una peculiarísima elaboración. Es un vino puro de pasas, la miel de los caldos de Montilla-Moriles, ideal como postre o para alternar con pastas y dulces. Maravilloso, frió con hielo y seltz.
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