Jesús en Israel: El hijo de la viuda
Después de esto fue a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
Cuando se acercaba a las puertas de la ciudad resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; una considerable multitud de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, se conmovió y le dijo:
No llores.
Acercándose. Toco el ataúd (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
¡ Joven, a ti te hablo, levántate!
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre, Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios diciendo:
-Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Y también:
-Dios ha visitado a su pueblo.
Este dicho acerca de Jesús se extendió por todo el país judío y todo el territorio circundante.
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