jueves, 17 de noviembre de 2011

PASEOS POR CORDOBA












IGLESIA DE SAN LORENZO


Jose Bojollo
Sacristan S. Lorenzo


LA CABEZA DEL SAN LORENZO DE LA TORRE




Los libros parroquiales principales, los de bautismos en 1568, los de matrimonios en 1571, y los de defunciones en 1636.

En uno de ellos hemos visto una nota en que se consigna que en la tarde del dia 22 de Mayo de 1836, se sintió una gran tormenta, y estando refugiados en el pórtico una porcion de hombres de hombres, entre ellos el teniente cura de aquella parroquia, D. Manuel Prieto, cayó un tayo con tanta violencia sobre el San Lorenzo que había en lo alto de la torre, que lo partió y derribó medio sobrte el pórtico, cuyo techo orado, yendo a dar en el suelo, casi en los piés del espresado sacerdote. La escultura fué colocada en su sitio, poniéndole una piedra redonda por cabeza, la que otros rayos han derribado después.



Esta torre en el punto mas combatido en Córdoba por la exhalaciones; deben influir en esto dos circunstancias; primera, ser el edificio mas elevado de todos aquellos alrededores, llanos en general, y segunda, la gran cantidad de hierro con que toda la torre está encadenada, y una gran barra formando punta que sostiene la escultura. En 1863, a las oraciones y en el momento de ir a un bautismo, cayó una centella que, bajando casi por el sitio de las cuerdas de las campanas, derribó algún material, el que hirió a uno de los dependientes.



En 1687, se pensó celebrar la fiesta de San Lorenzo, y al efecto se iluminó la torre en la noche del 9 de Agosto; se infiere que alguna de las luminarias se caería en la bóveda, cuando esta principió a arder, sin que nadie se apercibiese de ello hasta que el fuego tomo grandes proporciones; así es, que las campanas de la Magdalena y San Andres fueron las que dieron el aviso. Con este motivo acudieron muchos operarios, lográndose al fin salvar una gran parte del templo y sacar el Sacramento. que trasladaron a los Padres de Gracia. La reedificación se llevó a cabo bien pronto, gracias al empeño que demostró el Corregidor y Justicia mayor de Córdoba D. Francisco Ronquillo y Briceño, a quien ayudó todo el vecindario. Sobre este suceso escribió un canto, que titula poema D Jerónimo Rafael de Estrada, y fue impreso en Córdoba por Francisco Antonio de Cea y Paniagua, Pbro., en el mismo año. En esta iglesia fueron bautizados el Dr. D. Gonzalo Serrano, que nació en 5 de Noviembre de 1670, el hermano Francisco de Jesús, gran reformador de los Ermitaños, que nació en 7 de Junio de 1673, y el P. M. Fr. José de Jesús Muñoz Capilla.



El personal actual de esta parroquia es de un rector, dos coadjutores y los dependientes de reglamento; en lo antiguo tuvo una rectoria, seis beneficios, un préstamo y dos prestameras.



El mucho vecindario de este barrio y las malas condiciones de sus casas en general, ha hecho, sin duda, que en todas las epidemias sea muy castigado, particularmente en la de los años 1649 y 1650, en que algunos creían que se iba a quedar desierto; sin embargo, aquellos afligidos habitantes, a imitación de otros, acudieron al socorro de los pobres enfermos en el hospital de San Lazaro, y el dia 23 de Enero de 1650 formaron una procesión de esta manera: Cinco acémilas adornadas vistosamente con aparejos, pretales, cintas y campanillas, cargadas, una de romero, otra de vino y tres de limones y naranjas; detrás otras doce con leña, doce caballos adornados como si fuesen a una justa, todos cargados de trigo, cincuenta carneros guiados por un manso adornado de cintas y flores; tres estos, muchos hombres con veinticuatro espuertas de a media fanega, llenas de pan, doce esportones con media fanega de pasas cada uno, dos arrobas de almendras, doscientas gallinas, seis jamones, ocho pomos de agua de olor o ámbar, cincuenta salvillas de hilas, vendas y cabezales, seis toallas , dos macetas de jabón, trece espuertas de alhucema, y muchos panecillos de San Nicolás, a que ya hemos dicho que atribuían virtudes milagrosas, y detrás algunas luces y la imagen de San Lorenzo.



Delante de esta parroquia hay una plazuela en forma triangular, con una salida por cada ángulo y además la calle de Roelas en uno de sus lados: en el centro tiene una raquítica fuente de mármol negro, con tres pajas de agua de la llamada de los Padres de Gracia o Miraflores, que nace en el arroyo del Camello, y alrededores algunos arboles plantados hacia el año 1854.


De Ramires de Arellano





















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