PRIMERA CARTA DE PEDRO ( TERMINACIÓN )
Me dirijo a los responsables de vuestras comunidades, yo, responsable como ellos, que fui testigo de la pasión del Mesías y experimenté la gloria que va a revelarse: cuidad del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, miad por él, no por obligación, sino de buena gana, como Dios quiere; tampoco por sacar dinero, sino con entusiasmo; no tiranizando a los que os han confiado, sino haciéndoos modelos del rebaño. Así, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona perenne de la gloria,
Respecto a los jóvenes: poneos a disposición de las personas de edad.
Y todos, en el tramo mutuo, forraos bien de humildad, porque " Dios se enfrenta con los arrogantes, pero concede gracias a los humildes", Por eso haceos humildes, para estar bajo la mano poderosa de Dios, que él a su tiempo os levantará; descargad en Dios todo agobio, que a él le interesa vuestro bien.
Alerta en la persecución.
Despejaos, espabilaos, que vuestro adversario el diablo, rugiendo como un león, ronda buscando a quien tragarse. Hacedle frente firme en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero están pasando por idénticos sufrimientos. Tras un breve padecer, Dios, que es todo gracias y que os llamó por el Mesías a su eterna gloria, él en persona os restablecerá, afianzará, robustecerá y dará estabilidad.
Suyo es el dominio por los siglos. Amén
Por mano de Silvano, hermano de toda confianza -que por tal lo tengo-, os he escrito esta breve carta para exhortaros y confirmaros que ésta es la verdadera gracia de Dios: apoyaos en ella.
Os manda recuerdos la que está en Babilonia, elegida como vosotros, y en particular mi hijo Marcos. Saludaos unos a otros con el beso fraterno. a todos vosotros los cristianos.
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