sábado, 30 de noviembre de 2013
jueves, 21 de noviembre de 2013
EXCURSIÓN A LA SIERRA DE CAZORLA
La leyenda del Puente de las Herrerías (en las cercanías del nacimiento del Guadalquivir)
La provincia de Jaén acumula cientos de leyendas que siglos tras siglos aún perduran y dan color y fantasía a monumentos y rincones de nuestra provincia.
Hoy vamos a recordar
una de las leyendas místicas que pesa sobre el Puente de las Herrerías que
está situado muy cerca del nacimiento del río Guadalquivir y cuya construcción
data del siglo XV.
Pues es en esa
construcción donde no hay datos exactos para saber con exactitud, pero
curiosamente desde su origen se ha levantado una
leyenda sobre su construcción.
Según cuenta una leyenda el Puente de las Herrerias fue
construido por los caballeros de Isabel la Católica en una sola noche. La reina
iba en campaña a la conquista de Baza y habiendo salido por la mañana de
Quesada hizo noche en el paraje donde ahora se encuentra el puente. Como el río
bajaba crecido por las lluvias de otoño y siendo imposible vadearlo, los
caballeros del séquito de la reina construyeron durante esa noche este puente.
Puente de las herrerias |
PROCLAMACIÓN DEL REINO
EL SERMÓN DEL MONTE
LAS BIENAVENTURANZAS
Lo
siguieron grandes multitudes procedentes de Galilea, Decápolis, Jerusalén ,
Judea y Transjordania.
Al
ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus
discípulos. El tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
Dichosos
los que eligen ser pobres, porque esos tienen a Dios por rey.
Dichosos
los que sufren, porque esos van a recibir el consuelo.
Dichosos
los sometidos, porque esos van a heredar la tierra.
Dichosos
los que tienen hambre y sed de esa justicia, porque esos van a ser saciados.
Dichosos
los que prestan ayuda, porque esos van a
recibir ayuda.
Dichosos
los limpios de corazón, porque esos van a ver a Dios.
Dichosos
los que trabajan por la paz, porque a esos los va a llamar Dios hijos suyos.
Dichosos
los que viven perseguidos por su fidelidad, porque esos tienen a Dios por rey.
Dichosos
vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por
causa mía. Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os
da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.
Vosotros
sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con que se salará? Ya no
sirve mas que para tirarla a la calle y que la pisotee la gente.
Vosotros
sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un
monte; ni se enciende una lámpara para meterla debajo del perol, sino para
ponerla en el candelero y que brille para todos los de la casa. Empiece así a
brillar vuestra luz ante los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifiquen
a vuestro Padre del cielo.
SE CUMPLIRÁN LAS PROMESAS
¡No
penséis que he venido a echar abajo la Ley ni los Profetas! No he venido a
echar abajo, sino a dar cumplimiento: porque os aseguro que antes que
desaparezcan el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerá de la
Ley antes que todo se realice.
Por
tanto, el que se exima de uno solo de esos mandamientos mínimo y los enseñe así
a los hombres, será llamado mínimo en el reino de Dios; en cambio, el que los
cumpla y enseñe, ese será llamado grande en el reino de Dios: porque os digo
que, si vuestra fidelidad no se sitúa muy por encima de la de los letrados y
fariseos, no entráis en el reino de Dios.
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