CARTAS A JESÚS
DE NAZARET
Carta 22 a Jesús de Nazaret.
Domingo De
Resurrección: 20 - abril- 2014
Evangelio: Juan, 20, 1-9
S
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eñor: ¡Qué mujer era María Magdalena! Como grande la
retrata Juan en su relato de hoy.
Salió al amanecer, y encontró tu
sepulcro sin la losa que lo cerraba. Como no estaba tu cadáver creyó que se
había producido una nueva fechoría contra ti.
A pesar de la oscuridad, no temió a
peligro alguno. Se volvió en busca de
alguno de tus Discípulos con cuyo apoyo reparar la profanación que creyó se
había producido contra tu cadáver.
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Iba a defenderte,
ignorando que, el tiempo de tu debilidad había terminado, justo con el comienzo
de nuestra salvación. Tú, incluido tu cuerpo, habías adquirido la glorificación
plena junto al Padre y al Espíritu Santo.
Aquella ausencia, no era profanación, sino exaltación
.
Perdona, Jesús, pero me
ha hecho sonreír lo que Juan cuenta sobre él, en el relato: “que corría más que Pedro” No
podía ser de otra manera: “¡lo que es la juventud!
Me gusta la cortesía de
Juan: llegó el primero, pero entró el último.
Es un ejemplo del que
muchos podemos aprender mucho. Desde aquella
madrugada, Jesús, el
sepulcro vacío se llenó de esperanza: el que por unas horas
había encerrado la muerte, se abrió a la
Vida. el que había velado las huellas doloridas de la injusticia humana, se
trocó en la garantía más cierta y absoluta de la victoria contra el mal y el
dolor.
Pedro y Juan, volvieron
al sepulcro y creyeron; yo no lo he visto; pero creo que tú “resucitaste de
entre los muertos”. Es más, y no es
mérito mío,, sino regalo tuyo, que yo también resucitaré, y que resucitarán
todos los hombres y mujeres cubiertos por el bello manto de tu salvación.
Me apena que haya tantos millones de hermanos
míos que aún viven en tinieblas.
Ojalá pudiese encender en tu sepulcro
vacío la antorcha de la fe y alumbrar los ojos de los que caminan a tientas,
ciegos, por los caminos de la vida: de la vida de esta sociedad del siglo
veintiuno, oscurecida por tantos anuncios publicitarios, mensajes y ruidos
contradictorios.