miércoles, 16 de diciembre de 2015

MARTIRES CORDOBESES

INTERIOR DE LA ERMITA
LA ERMITA DE SAN ZOILO

IMAGEN DEL SANTO
Esta preciosa ermita se asienta sobre una antigua casa, venerada desde antiguo como lugar donde San Zoilo recibió el martirio, y en la que se encuentra el pozo donde la tradición asegura que fueron arrojados sus riñones. No debe confundirse con la primitiva basílica de San Zoilo, que ocupaba el lugar donde hoy se encuentra la parroquia de San Andrés Apóstol.

Desde el siglo XV tenemos noticias de la Cofradía de San Zoilo, que tenía sede en la parroquia de San Andrés. Sus reglas datan de 1577, época en la que ya se habla de la casa, aunque la construcción de la ermita se retrasa a finales del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII. El altar en honor al mártir se erigió en 1718, poco después de recibir la reliquia del santo desde Carrión de los Condes.
EL POZO DEL AGUA MILAGROSA

En la fachada aparece inscrito en piedra el año 1740, fecha de la realización de la hermosa portada con el relieve del pozo y la imagen pétrea de Zoilo.

Antes de 1860 la ermita se desacralizo, volviendo a consagrarse de forma efímera a finales de los años 20 del pasado siglo. Posteriormente, en los años 80, su retablo barroco fue trasladado a la iglesia de Cañada del Rabadán, aldea de Fuente Palmera.

De sus bienes muebles se conservan dos tallas policromadas del siglo XVIII que representan al titular de la ermita y a Santa Barbara. En el año 1988 fueron cedidas temporalmente para su exposición en el Museo Diocesano, con ocasión de la rehabilitación de la ermita en el año 2015, han vuelto felizmente a su lugar de origen.

Esta ermita siempre ha estado al servicio de la ciudad, siendo en el pasado siglo el conocido hospital de San Zoilo.

La recuperación del culto en esta ermita es una gran noticia para Córdoba, no solo porque reaviva la devoción martirial, sino porque rescata un espacio del que apenas quedaba memoria. En él, Zoilo, uno de los primeros mártires de la ciudad, ocupa el lugar que le corresponde.

Para los cristianos, es un privilegio disponer de un recinto donde rezar a uno de los muchos cordobeses que entregaron su vida para que la fe cristiana llegase intacta hasta nosotros.

SAN ZOILO Y EL POZO DE AGUAS MILAGROSAS

La Colonia Patricia Corduba, fundada por el general Claudio Marcelo, era una ciudad próspera, capital de la Bética, que en el año 303, sufrió la persecución contra los cristianos decretada por Diocleciano y ejecutada por Daciano.

Entre ellos estaba Zoilo y otros 21 compañeros mártires, su nombre figura en el Peristéphanon de Prudencio (colección de himnos a mártires), en el Martyrologío jeronimiano y en el del monje Usuardo. Más interesante aún es su presencia en la lápida martirial de la parroquia de San Pedro. De su vida poseemos algunos datos, como la pertenencia a una familia ilustre.

Su fiesta litúrgica se celebra el 27 de Junio.

Consta la dedicación de una basílica al santo, en torno a la cual había un colegio, en el que se formó y fue sacerdote San Eulogio de Córdoba.

La comunidad cristiana redacta su historia en un clima de fe y devoción martirial.

El relato apunta que Zoilo, presionado para que renegase de Cristo y adorase a dioses falsos respondió:
“La verdadera nobleza está en ser verdadero cristiano, y sábete que
nunca acreditaré mejor mi ascendencia, de la que me glorío, que
siendo verdadero discípulo de Jesucristo, a quien confieso y de quien
nunca me separaré, a pesar de tus amenazas”.

MARTIRIO DEL SANTO
Su martirio fue por decapitación, pero la tradición artística prefiere representar el momento de su tortura con garfios de hierro, siendo extirpados sus riñones a través de una abertura en la espalda. La devoción popular mantuvo durante mucho tiempo la creencia de que los riñones fueron arrojados al pozo de esta ermita de San Zoilo, adquiriendo su agua capacidades curativas.

Este mártir fue tan popular que, siglos después, ya bajo el dominio del islam, la comunidad mozárabe organizo un grupo llamado “amigos de San Zoilo”, que buscaban rescatar los orígenes martiriales de la iglesia de Córdoba como fuente de su fe.

Una de las campanas de la Catedral de Córdoba lleva su nombre, exhibiendo su imagen en relieve.