HISTORIA:
EN BUSCA DE LOS HUESOS PERDIDOS DEL GRAN
CAPITÁN
En la breve biografía sobre Gonzalo Fernández de Córdoba, se cerraba el texto indicando que puede
Puede visitarse su tumba en el Monasterio San Jerónimo (Granada). |
Monasterio de San Jerónimo en
Granada. Eso no deja de ser cierto,
pero el destino de sus restos tiene su historia y parte de misterio.
FUNERAL.
Murió el 2 de Diciembre de 1515, con 62 años, y sus funerales se realizaron en el antigua convento de San Francisco de Granada. La
Crónica de Alonso de Santa Cruz describe los funerales y como se engalanó el convento para tan grande ocasión con todo lujo de ornamentos, así como con las banderas y estandartes de los enemigos derrotados:
Convento de San Francisco de Granada. |
Después de su muerte, lo sentaron en una silla y lo tuvieron así todo el día, para que la gente lo viese. Hubo grande llanto por su muerte, en Granada. así de moros como de cristianos, por todas las calles que había de pasar cuando lo llevaron a enterrar.
Tenía alrededor doce candeleros con cirios muy grandes, y dentro otros doce, que cada uno pesaba quince marcos de plata. La iglesia estaba ricamente adornada de tapicería . Estaban puestos en la reja dos guiones del rey de Francia, el de Ceriñola y el de Garellano, muy ricos, ensangrentados. A la mano derecha estaba una bandera muy rica con las armas de la iglesia, que fue tomada al duque Valentín; y luego otra del príncipe Bisignano, y otras del señor de San Severino. A la mano izquierda estaba una bandera del rey Federico, y otra del marqués de Mantua, y otra del marqués de Bitonto. Y toda la iglesia emparamentada de banderas y estandartes.
Estuvieron en las honras personas de Sevilla, y caballeros, que se hallaron en aquel tiempo veinte leguas a la redonda. Y todas las religiones y clerecía de todo el confín de Granada. Era tanta la multitud de gente, que no cabía en las calles ni en la iglesia.
Capilla mayor monasterio san Jerónimo |
TRASLADO
Tras la petición de María Manrique , su viuda, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania (nieto de Fernando el Católico) puso enmienda al poco reconocimiento dado por su abuelo a Gonzalo y cedió parte del Monasterio de San Jerónimo para el enterramiento de la familia. Las obras concluyen en 1552, 37 años después de su muerte. Las hazañas del Gran Capitán quedan grabadas en piedra, mezclando figuras religiosas y paganas de la mitología clásica. Destacar las imágenes orantes de él y su esposa a ambos lados del retablo de la Capilla Mayor, donde se encuentran sus sepulcros.
Sus restos son trasladados junto con los de su esposa, hijas y hermanos, con un cortejo formado por multitud de personalidades de todos los ámbitos. Lo abría la Cruz de la Iglesia Mayor, 450 religiosos, clérigos con velas, los Capellanes reales, el Cabildo con tres capillas: la Real, la del Duque y la Mayor, seguidos de los ocho féretros. A continuación desfilaba el anciano caballero Juan Peláez de Berrio, natural de Jaén, que portaba el estoque del Gran Capitán, cuya cruz, manzana y empuñadura eran de oro y plata; honrado así por haber servido en los Tercios del Gran Capitán y ganar gran fama en las guerras de Nápoles. Tras él ondeaban todos los estandartes y, tras ellos, los caballeros de Córdoba y los de Granada. presididos por el Marqués de Cerralbo.
EXPOLIO.
Puente Verde sobre el Río Genil. |
Granada, pero no podemos cantar victoria del todo.
SER O NO SER.
En febrero de 2006 salta la noticia en el diario de Córdoba (reproducida en varias webs y blogs ) sobre un estudio realizado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y que revela que los huesos de San Jerónimo no corresponden con el Gran Capitán. Realizada la consulta al IAPH, me remiten a su boletín nº 57 (febrero 2006, pp. 58 - 71). El artículo habla de unos restos encontrados tras el altar, y que tras su estudio no se relacionan con Gonzalo ni su familia, lo que no implica que los de la tumba no lo sean. Ojalá se desvele el misterio sobre.....
Los huesos de Gonzalo Fernández de Córdoba
que,
con su gran valor, se apropió el sobrenombre de
Gran Capitán,
están confiados a esta sepultura hasta que al
fin
sean restituidos a la luz perpetua .
Su gloria no quedó sepultada con él.
Epitafio de su lapida.