viernes, 25 de agosto de 2017

CURIOSIDADES EN EL REINO DE CÓRDOBA


UNA REINA, UN OBESO Y UN JUDÍO EN LA CORTE DE MEDINA AZAHARA
Doña TODA reina de Navarra
Sancho I el graso rey de León
MEDINA AZAHARA Y ABDERRAMAN III


Medico judío  Hasday Ibn Shaprut

El gran alcázar de Medina Azahara estaba organizado para acoger, no solo a la corte omeya sino a las múltiples embajadas que llegaban a la ciudad palatina para entrevistarse con el Califa. De hecho, autores como Ibn Idari o Ibnal Faradi, cuentan que en el alcázar había unas cuatrocientas casas para alojamiento del Califa, su corte, su servicio y por supuesto, visitantes ilustres, reyes, califas, emisarios, artistas y literatos ansiaban ser recibidos en la opulenta ciudad de Abd al Rahman III.

Diferentes cronistas nos han dejado constancia de la llegada de innumerables embajadas a la ciudad omeya, quiénes eran, cuál era el motivo de su visita, como fue el protocolo, cuánto tiempo fueron alojados en el Alcázar. Todo parece indicar que la primera gran embajada que fue recibida en Medina Azahara fue la del emir Idrisí del Norte de África Muhammad en el otoño de 944. 

La historia que vamos a relatar en esta ocasión comienza en tierras cristianas, donde en 956, Sancho I se convirtió por derecho propio, en Rey de León. Sin embargo, el nuevo monarca contaba con una debilidad física que le hacía prácticamente imposible ejercer su cargo. Una tremenda gordura, su obesidad según relatan las fuentes le impedía entre otros aspectos, montar a caballo y casi ni podía caminar. Por esta razón , en 958 una conjura de nobles leoneses y castellanos lo destronaron y en su lugar subieron al trono a su primo Ordoño IV. 

La reina Toda, una de las grandes personalidades del medievo español, se impuso como meta devolver a su nieto al trono de León. Para ello no dudó en pedir ayuda a su sobrino el todo poderoso califa del Andaluz Abderraman III, con el que guardaba buenas relaciones personales y diplomáticas. Ambos monarcas estuvieron de acuerdo en que si Sancho quería recuperar su corona debía adelgazar y "ponerse en forma".

La persona indicada para organizar la dieta y los ejercicios fue el médico personal de máxima confianza de Abderraman III, al judío sefardíes Hasday ibn Shaprut. El mejor lugar para realizar tamaña proeza no era Pamplona sino la mismísima joya de la corona del califato omeya Medina Azahara. 

En el año 958 la corte leonesa, con Sancho y la Reina Toda a la cabeza fue recibida con toda la pompa acostumbrada en la corte de Medina Azahara, les asignaron unas dependencias acorde con su categoría en el Alcázar y comenzó el largo proceso de adelgazamiento. Durante el año largo que duró el tratamiento, Sancho recibió cuidados y atenciones de lo mas curioso. Cuentan que Shaprut encadenó al rey a una cama y que mandó que le cosieran la boca  para que solo pudiera comer  mediante una pajíta. Durante cuarenta días solo se alimentó de infusiones de diversos tipos. Esta dieta "de choque" le produjo vómitos y diarreas con la finalidad de hacerlo sudar. En el hamman también le daban masajes para disminuir la flacidez de la piel. Todo se combinó con ejercicios físicos cada vez más exigentes.

Un año en la corte omeya convirtió a Sancho en un hombre fuerte y cultivado, dispuesto a recuperar su trono. En 959 un ejército mixto de pamploneses y cordobeses se encaminó hacia tierras castellanas, el rey Sancho fue rindiendo ciudades a su paso hasta llegar a la capital de su reino. Ordoño IV huyó a Asturias y Sancho fue de nuevo Coronado.

Durante unos años, la alianza entre leoneses y pamploneses y musulmanes fue eficaz. Mas tarde volvieron las aguas a su cauce. El suceso del rey Leonés que recupero su corona gracias a las atenciones y a los avances médicos de al Andaluz, es un claro ejemplo de las relaciones protocolarias existentes durante toda la Edad Media española entre los líderes cristianos y musulmanes. 

JAÉN NOMBRA HIJO PREDILECTO A UN JUDÍO DEL SIGLO X 

El Ayuntamiento de Jaén ha concedido la medalla de la ciudad al judío jienense más ilustre de la historia local  ( HASDAY IBN SHAPRUT ) y que ejerció como médico y diplomático durante el siglo X, sobre un territorio donde convivían tres modelos de civilización (católica, judía y musulmana). De este modo, el consistorio de Jaén nombra Hijo Prfedilecto a un judío del siglo X, más de un milenio después de su fallecimiento en reconocimiento a la gran labor diplomática y médica que desarrolló en aquella época.  (11/8/2017).



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Publicado en   WWW..artencordoba.com






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