GÓMEZ SUÁREZ DE FIGUEROA , apodado Inca Garcilaso de la Vega (Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla , 12 de Abril de 1539 - Córdoba, Corona de Castilla, 23 de Abril de 1616, fue un escritor e historiador peruano de ascendencia Inca y Española.
Información personal
Nombre de
nacimiento Gómez Suárez de Figueroa
Nacimiento 12 de abril de 1539
Cuzco, Nueva Castilla, Corona de Castilla
Fallecimiento 23 de abril de 1616 ( 77 años )
Córdoba, Corona de Castilla
Nacionalidad Peruano y Español
Padre Sebastián Garcilaso de la Vega
Madre Isabel Chimpu Ocllo
Información profesional:
Ocupación Escritor, Historiador
Género Poesía
Obras notables Diálogos de Amor (Traducción 1590 )
La Florida del Inca 1605
Comentarios Reales de los Inca 1609
Historia General del Perú 1617.
Se le considera como el "primer mestizo biológico y espiritual de América", o en otras palabras , el primer mestizo racial y cultural de América que supo asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la europea, alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual. Luis Alberto Sánchez lo describe como el "primer mestizo de personalidad y ascendencia universal que parió América.
Se le conoce también como el "príncipe de los escritores del Nuevo Mundo", pues su obra literaria que se ubica en el periodo del Renacimiento, se destaca por un gran dominio y manejo del idioma castellano, tal como lo han reconocido críticos como Menéndez y Pelayo, Ricardo Rojas, Raúl Porras Barrenechea y José de la Riva Agüero y Osma. Augusto Tamayo Vargas afirma que "Si la historia y la prosa de ficción se ejemplariza en Garcilaso, también el ensayo tiene en él un alto representante. Mario Vargas Llosa le reconoce también dotes de consumado narrador, destacando su prosa bella y elegante.
Temporalmente se le ubica en la época de los cronistas post toledanos (es decir, de la etapa posterior al gobierno del virrey Francisco de Toledo), durante el periodo colonial (finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII). Desde el punto de vista estrictamente historiográfico,su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos hasta finales del siglo XIX, cuando surgieron críticos que empezaron a cuestionar la veracidad de sus informaciones. Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España, por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista castellano.
En su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa en 1609, expuso la historia cultura y costumbres de los incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Tuca Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.
Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa 1605 ), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú (Córdoba 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio del Virreinato.
Era hijo del conquistador español capitán Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña y de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac emperador del "reino de las cuatro partes o suyos" o Tahuantinsuyo ( nombre del imperio incaico en su lengua nativa quechua). Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, que tiempo después. radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega.
Gracia a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternos y de otros antepasados que pertenecieron a la casa de Feria. Recibió en el Cuzco una esmerada educación en primeras letras a cargo de Juan de Alcobaza, al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegitimos como él, pero durante sus primeros años también estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca, entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca Y Tito Auqui.Accedió pues a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura inca.
Estas y otras semejantes pláticas tenían los incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien perdido siempre acababan su conversación en lágrimas y llanto, diciendo: "Trocósenos el reinar en vasallaje," En estas pláticas, yo como muchacho entraba y salia muchas veces donde ellos estaban y me holgaba de las oír, como holgaban los tales de oír fábulas.
Sin embargo, su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de la presión de la corona para que los nobles españoles se casasen con damas nobles españolas, y así lo hizo para matrimonial con Luisa Martel de los Ríos; sin embargo no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que tendría el inca dos medias hermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz.
Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco Carvajal. Su padre optó por enrolarse en el bando de Pizarro, aunque forzadamente, según contaría mas tarde el Inca Garcilaso, pero retornó al bando real sumándose al ejército del presidente Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana, por lo que fue conocido despectivamente como el "leal de de tres horas". Este episodio tendría luego mucha repercusión en la vida posterior del Inca Garcilaso.
Hacia 1550, el todavía pequeño Garcilaso fue enviado a Charcas, para volver después al Cuzco, donde fue testigo de la rebelión de Francisco Hernández Girón, ocasión en la cual ayudó a su padre, entonces alcalde ordinario de la ciudad, a huir por los tejados de las casas (1553 ). Su padre le tuvo en gran estima como demuestra el hecho del cariño que le demostró su hijo en sus escritos y el hecho de que le legara en su testamento (1559 ) tierras en la región de Paucartambo y cuatro mil pesos de oro y plata "ensayados" (es decir, de la más probada calidad ) para que el joven mestizo cursara estudios en España.
El 20 de Enero de 1560, a los veintiún años de edad y poco después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cuzco rumbo a la ciudad de Lima, dispuesto a embarcarse hacia España. Este viaje se mostraría particularmente arriesgado. Partió del puerto del Callao, estuvo a punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomos de acémila el istmo de Panamá, llegó a Cartagena de Indias, para tomar la ruta de los galeones hasta la Habana y las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa.
Tras una breve estancia en Extremadura, donde visitó a unos familiares, se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla donde residía su tío Alonso de Vargas. Luego en 1561, se trasladó a Madrid a solicitar algunas mercedes que la Corona le debía a su padre por sus servicios en el Perú, y allí conoció al conquistador Gonzalo Silvestre, quien le suministró numerosos datos para su obra La Florida del Inca. Su solicitud a la Corona le fue denegada (acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro dándole un caballo que le salvó la vida en la batalla de Huarina, y tal versión fue apoyada por los cronistas de indias oficiales). Desengañado, pensó en volver a Perú en 1563, pero optó por permanecer en la península y seguir la carrera militar, como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa y firmó ya para siempre con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido por la posteridad.
Como su padre, logró el grado de capitán, y tomó parte en la represión de la Rebelión de las Alpujarras de los moriscos de Granada bajo el mando de don Juan de Austria (1569 ). Entre 1570 y 1571 se enteró de la muerte de su madre y de su amado tío Alonso de Vargas; este último le adjudicó bienes en su testamento que hicieron que en el futuro no tuviese que preocuparse de su sustento y aún disfrutarse de cierta holgura. En 1586 falleció su tía doña Luisa Ponce, viuda de su tío Alonso, cuyos bienes acrecentaron aún más su bienestar económico y le posibilitaron entregarse a la cultura. En 1590, muy probablemente dolido por la poca consideración en que se le tenía en el ejército por su condición de mestizo, dejo las armas y entró en la religión.
Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó en el estudio de la historia y en la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos de amor del filósofo neoplatónico León Hebreo, que dio a conocer en Madrid coma La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo (su prólogo está fechado en Montilla, 1586). Fue su primer libro, y la primera obra literaria de valor superlativo hecha por un americano en Europa. Ya por entonces firmaba como Garcilaso Inca de la Vega y se presentaba como hijo del Cuzco, ciudad a la que definía como cabeza de imperio. Por entonces tuvo una relación estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora, y en Montilla coincidió con Miguel de Cervantes, que recaudaba fondos para la corona. Y parece que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo: había leído la traducción por Garcilaso de los Diálogos de amor de León Hebreo.
Se trasladó a Córdoba en 1591, y se relacionó con algunos doctores como el jesuita Juan de Pineda, quien la instó a preparar un comentario piadoso de las lamentaciones de Job. Por entonces continuaba recopilando material para sus proyectadas obras sobre la conquista de la Florida y del Perú, así como todo lo relacionado con el imperio inca. Una de esas fuentes fue la crónica hoy perdida de Blas Valera.
En 1596 escribió la Genealogía o Relación de la descendencia del famoso Garci Pérez de Vargas, nombre de un célebre capitán que fue antepasado suyo,obra que no se publicaría hasta el siglo XX.
Simultáneamente se relacionó con soldados participantes de la conquista de la Florida y se encontró con dos, Alonso Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre la expedición de Hernando de Soto. En 1605 publicó finalmente la obra en Lisboa, con el título de la Florida del Inca. En 1609 apareció publicada también en Lisboa, la Primera Parte de su obra cumbre. los Comentarios de los Incas, impreso en una buena edición por Pedro Craesbeeck y dedicado a la princesa Catalina de Portugal, Duquesa de Braganza. Hacia 1612 culminó la Segunda Parte de esta obra que fue publicada póstumamente en Córdoba en 1617, con el título de Historia General del Perú y dedicado a la Virgen María. En 1612 Garcilaso compró la Capilla de las Ánimas en la Mezquita- catedral de Córdoba, donde su hijo sería sacristán y donde quiere ser enterrado, y fallece cuatro años después, entre el 22 y el 24 de abril de 1616 como fechas probables. En aquella capilla sus albaceas grabaron una lápida.
El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria, Ilustre en sangre, perito en letras, valiente en armas, Hijo de Garcilaso de la Vega, de las Casas de los duque de Feria e infantado y de Elisabeth, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó la Florida, tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar, dotó a esta capilla. Enterrarse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció 23 de Abril de 1616.
El 25 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España hizo entrega de una arqueta que contenía una parte de sus cenizas, actualmente reposan en la Catedral del Cusco.
Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga en su tiempo, Garcilaso, el Inca inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano y en especial en el del Virreinato del Perú. Considerado como el padre de las letras del continente, en 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en la Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana. El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios Reales de los Incas, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa publicada por Pedro Craesbeeck. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, escuchado directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del Virreibato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la literatura latinoamericana. La segunda parte fue publicada en Córdoba en 1617, con el título de Historia General del Perú, nombre que le impuso arbitrariamente el editor.
Historia general del Perú, trata el descubrimiento de el y como ganaron los españoles las guerras civiles que hubo entre Piçarros y Almagros, sobre la repartida de la tierra, castigos y levantamiento de tiranos y otros sucesos particulares.
Esta obra que es la más extensa que ha producido su pluma, desarrolla con estilo vibrante la conquista del Perú, las guerras civiles entre conquistadores y la instauración del Virreinato del Perú, así como la resistencia de los incas de Vilcabamba, que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac Amaru I en la plaza del Cuzco en 1572. Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro.
1. Él recibió una educación formal esmerada, tanto en su patria como en España, pues aparte de sus dos lenguas maternas (español y quechua ) hablaba latín.
2. Su familia materna eran los antiguos gobernantes Incas, y por ello el describe a los incas como monarcas benévolos que gobernaban un país donde todos vivían en una patria de justicia y abundancia, donde no había mendigos ni ociosos.
3. Garcilaso niega que en el tiempo de los incas se hicieran sacrificios humanos, pero reconoce que era una práctica ancestral anterior al imperio inca. en una época brumosa a la que denomina gentilidad. Precisamente afirma que la misión de los incas fue la de civilizar a los pueblos bárbaros que practicaban otras costumbres abominables como la antropofagia y la sodomía.
Temporalmente se le ubica en la época de los cronistas post toledanos (es decir, de la etapa posterior al gobierno del virrey Francisco de Toledo), durante el periodo colonial (finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII). Desde el punto de vista estrictamente historiográfico,su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos hasta finales del siglo XIX, cuando surgieron críticos que empezaron a cuestionar la veracidad de sus informaciones. Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España, por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista castellano.
En su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa en 1609, expuso la historia cultura y costumbres de los incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Tuca Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.
Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa 1605 ), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú (Córdoba 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio del Virreinato.
PRIMEROS AÑOS
Era hijo del conquistador español capitán Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña y de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac emperador del "reino de las cuatro partes o suyos" o Tahuantinsuyo ( nombre del imperio incaico en su lengua nativa quechua). Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, que tiempo después. radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega.
Gracia a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternos y de otros antepasados que pertenecieron a la casa de Feria. Recibió en el Cuzco una esmerada educación en primeras letras a cargo de Juan de Alcobaza, al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegitimos como él, pero durante sus primeros años también estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca, entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca Y Tito Auqui.Accedió pues a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura inca.
Estas y otras semejantes pláticas tenían los incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien perdido siempre acababan su conversación en lágrimas y llanto, diciendo: "Trocósenos el reinar en vasallaje," En estas pláticas, yo como muchacho entraba y salia muchas veces donde ellos estaban y me holgaba de las oír, como holgaban los tales de oír fábulas.
Sin embargo, su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de la presión de la corona para que los nobles españoles se casasen con damas nobles españolas, y así lo hizo para matrimonial con Luisa Martel de los Ríos; sin embargo no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que tendría el inca dos medias hermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz.
Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco Carvajal. Su padre optó por enrolarse en el bando de Pizarro, aunque forzadamente, según contaría mas tarde el Inca Garcilaso, pero retornó al bando real sumándose al ejército del presidente Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana, por lo que fue conocido despectivamente como el "leal de de tres horas". Este episodio tendría luego mucha repercusión en la vida posterior del Inca Garcilaso.
Hacia 1550, el todavía pequeño Garcilaso fue enviado a Charcas, para volver después al Cuzco, donde fue testigo de la rebelión de Francisco Hernández Girón, ocasión en la cual ayudó a su padre, entonces alcalde ordinario de la ciudad, a huir por los tejados de las casas (1553 ). Su padre le tuvo en gran estima como demuestra el hecho del cariño que le demostró su hijo en sus escritos y el hecho de que le legara en su testamento (1559 ) tierras en la región de Paucartambo y cuatro mil pesos de oro y plata "ensayados" (es decir, de la más probada calidad ) para que el joven mestizo cursara estudios en España.
EN ESPAÑA
El 20 de Enero de 1560, a los veintiún años de edad y poco después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cuzco rumbo a la ciudad de Lima, dispuesto a embarcarse hacia España. Este viaje se mostraría particularmente arriesgado. Partió del puerto del Callao, estuvo a punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomos de acémila el istmo de Panamá, llegó a Cartagena de Indias, para tomar la ruta de los galeones hasta la Habana y las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa.
MONTILLA
Tras una breve estancia en Extremadura, donde visitó a unos familiares, se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla donde residía su tío Alonso de Vargas. Luego en 1561, se trasladó a Madrid a solicitar algunas mercedes que la Corona le debía a su padre por sus servicios en el Perú, y allí conoció al conquistador Gonzalo Silvestre, quien le suministró numerosos datos para su obra La Florida del Inca. Su solicitud a la Corona le fue denegada (acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro dándole un caballo que le salvó la vida en la batalla de Huarina, y tal versión fue apoyada por los cronistas de indias oficiales). Desengañado, pensó en volver a Perú en 1563, pero optó por permanecer en la península y seguir la carrera militar, como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa y firmó ya para siempre con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido por la posteridad.
CARRERA MILITAR
FORMACIÓN HUMANÍSTICA
Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó en el estudio de la historia y en la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos de amor del filósofo neoplatónico León Hebreo, que dio a conocer en Madrid coma La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo (su prólogo está fechado en Montilla, 1586). Fue su primer libro, y la primera obra literaria de valor superlativo hecha por un americano en Europa. Ya por entonces firmaba como Garcilaso Inca de la Vega y se presentaba como hijo del Cuzco, ciudad a la que definía como cabeza de imperio. Por entonces tuvo una relación estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora, y en Montilla coincidió con Miguel de Cervantes, que recaudaba fondos para la corona. Y parece que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo: había leído la traducción por Garcilaso de los Diálogos de amor de León Hebreo.
CÓRDOBA
En 1596 escribió la Genealogía o Relación de la descendencia del famoso Garci Pérez de Vargas, nombre de un célebre capitán que fue antepasado suyo,obra que no se publicaría hasta el siglo XX.
Simultáneamente se relacionó con soldados participantes de la conquista de la Florida y se encontró con dos, Alonso Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre la expedición de Hernando de Soto. En 1605 publicó finalmente la obra en Lisboa, con el título de la Florida del Inca. En 1609 apareció publicada también en Lisboa, la Primera Parte de su obra cumbre. los Comentarios de los Incas, impreso en una buena edición por Pedro Craesbeeck y dedicado a la princesa Catalina de Portugal, Duquesa de Braganza. Hacia 1612 culminó la Segunda Parte de esta obra que fue publicada póstumamente en Córdoba en 1617, con el título de Historia General del Perú y dedicado a la Virgen María. En 1612 Garcilaso compró la Capilla de las Ánimas en la Mezquita- catedral de Córdoba, donde su hijo sería sacristán y donde quiere ser enterrado, y fallece cuatro años después, entre el 22 y el 24 de abril de 1616 como fechas probables. En aquella capilla sus albaceas grabaron una lápida.
El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria, Ilustre en sangre, perito en letras, valiente en armas, Hijo de Garcilaso de la Vega, de las Casas de los duque de Feria e infantado y de Elisabeth, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó la Florida, tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar, dotó a esta capilla. Enterrarse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció 23 de Abril de 1616.
El 25 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España hizo entrega de una arqueta que contenía una parte de sus cenizas, actualmente reposan en la Catedral del Cusco.
O B R A S
Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga en su tiempo, Garcilaso, el Inca inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano y en especial en el del Virreinato del Perú. Considerado como el padre de las letras del continente, en 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en la Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana. El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios Reales de los Incas, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa publicada por Pedro Craesbeeck. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, escuchado directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del Virreibato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la literatura latinoamericana. La segunda parte fue publicada en Córdoba en 1617, con el título de Historia General del Perú, nombre que le impuso arbitrariamente el editor.
Historia general del Perú, trata el descubrimiento de el y como ganaron los españoles las guerras civiles que hubo entre Piçarros y Almagros, sobre la repartida de la tierra, castigos y levantamiento de tiranos y otros sucesos particulares.
Esta obra que es la más extensa que ha producido su pluma, desarrolla con estilo vibrante la conquista del Perú, las guerras civiles entre conquistadores y la instauración del Virreinato del Perú, así como la resistencia de los incas de Vilcabamba, que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac Amaru I en la plaza del Cuzco en 1572. Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro.
Sus obras reflejan lo siguiente.
1. Él recibió una educación formal esmerada, tanto en su patria como en España, pues aparte de sus dos lenguas maternas (español y quechua ) hablaba latín.
2. Su familia materna eran los antiguos gobernantes Incas, y por ello el describe a los incas como monarcas benévolos que gobernaban un país donde todos vivían en una patria de justicia y abundancia, donde no había mendigos ni ociosos.
3. Garcilaso niega que en el tiempo de los incas se hicieran sacrificios humanos, pero reconoce que era una práctica ancestral anterior al imperio inca. en una época brumosa a la que denomina gentilidad. Precisamente afirma que la misión de los incas fue la de civilizar a los pueblos bárbaros que practicaban otras costumbres abominables como la antropofagia y la sodomía.
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