viernes, 23 de septiembre de 2011

PASEOS POR CORDOBA













BARRIO DE SAN LORENZO




El barrio de San Lorenzo, uno de los mas numerosos en vecindario, pertenece a la ajerquia de Córdoba: linda con el de la Magdalena, y tan enlazado con él, que la calle Abejar, de la cual nos hemos ocupado, pertenece a los dos; esta proximidad y lindero nos hace dirigir a el nuestro segundo paseo, y sin pretensión alguna ir manifestando cuanto en sus iglesias, calles y demás, encontremos digno de llamar la atención de nuestros lectores. Nada tan natural y prudente que buscar un punto fijo de partida, y así, nos iremos desde luego a la parroquia, desde donde después recorreremos aquel gran barrio, que no dejará de proporcionar curiosos datos para nuestro paseo.


El P. Martín de Roa, Sanchez Feria y otros escritores, opinan y dan razones, que en este lugar debió existir alguno de los templos gentílicos, y que cuando el Emperador Constantino se convirtió al catolicismo, se constituiría aquí una de las primeras iglesias, permaneciendo mientras los godos y aun árabes, si bien, como ya indicamos, se le desmocho la torre por orden de Mahomad, Rey de Córdoba.


Francisco Carrillo de Córdoba, en su Certamen histórico por la patria del esclarecido protomartin español San Laurencio, impreso en Córdoba (1673), sostiene que este templo fue edificado hacia el año 553 de Jesucristo, y que debió serlo en el mismo sitio en que aquel tuvo su morada. No somos de su dictamen en asegurar que San Lorenzo nació en Córdoba, pues en lo mucho escrito sobre este asunto, vemos mas razones a favor de Huesca.




Después de la conquista, aparece ya entre las catorce parroquias erigidas por San Fernando, llevando el titulo de San Llorente, Laurencio o Lorenzo, que es igual. Su construcción parece muy antigua y es gótico-bizantina. Su torre hasta la altura de la nave, parece un torreón antigua, y pudo muy bien ser la desmochada, y desde allí es de construcción mucho más moderna, por cierto muy gallarda y con arcos para doce campanas, aunque solo cuenta cinco: el segundo cuerpo tiene los ángulos cambiados, dándole cierta originalidad que la distingue de todas las demás torres de su clase. Este templo tiene tres puertas iguales en su orden, y la principal no luce tanto, porque con posterioridad le formaron un pórtico o galería con cinco arcos, tres al frente, de los que solo existe abierto uno, y otros dos a los costados, o sea a las calles Mayor y entrada a la de la Banda o cementerio viejo. Por cima y ocupando el centro de la fachada, tiene un magnifico rosetón primorosamente labrado, y en el la siguiente inscripción; Acabose año 1555, siendo Rector y Obrero el Licenciado Alvaro Ruiz de la Torre. Esta lindisima obra del arte, bien sola o bien con toda la fachada, figura en muchos periódicos y obras ilustradas, como El Seminario pintoresco, El Museo de las familias, Recuerdos y bellezas de España, y otras no menos importantes.



Antes de esta reforma, toda la pared de su imafronte era completamente lisa, dándole al edificio una gravedad encantadora: en el todo es bello y caprichoso, pues hasta las ventanas de las naves laterales tienen una figura extraña, sin parteluz y con unos rosetoncillos en sus vértices, como sujetos por unos cordones ondulantes. El espresdo pórtico tuvo abierto los tres arcos de frente, y por ellos se veía desde la calle de Santa María de Gracia el farol que alumbraba a un Jesús atado a la columna, SanLorenzo y San Roque, que hubo pintado al fresco en la pared, y cuya luz costeaba una señora de la familia de los Marqueses de la Granja, que vvivíaen la casa que ocupó el solar que conocemos aun por el Cuartel de la Piedra azul, la que desde su bbalcónrezaba a aquellas imágenes de su particular devoción; primero desapareció la casa, y casi a mediados de ese siglo (18), las pinturas de que hemos hecho mérito. El interior es tambiengótico-bizantino; aunque ha perdido mucho, conserva aquel carácter en las capillas mayor y en la del sagrario, así como en otra que está incorporada a la sacristía con el titulo de la Magdalena, en la que tiene enterramiento sus patronos los Marqueses de Villegas, por haberla fundado D. Pedro Fernandez de Valenzuela : a ella se trasladaron los restos encontrados en la iglesia de los Mártires, en la rivera. El retablo principal es también gótico y uno de los mejores de Córdoba, en su forma y detalles, sin que podamos asegurar cuando fue construido, y si que lo doraron a mediados del siglo XVIII, según una inscripción. Por encima del tabernáculo tiene una escultura que representa al titular, mas arriba un Crucifijo, y a los lados lienzos en que están pintados San Juan, la Magdalena, y varios pasos de la vida de San Lorenzo, al parecer todos de algún mérito artístico. Un manuscrito antiguo que hemos examinado, hace una sucinta reseña del crucero, y por cierto que en nada se asemeja a lo existente; dice : “En el crucero de esta iglesia, que es de suntuosa fábrica y labor de madera, donde está un Santo Cristo Crucificado, Nuestra Señora y Señor San Juan y dos escudos de armas de Obispo; y en el cuerpo del crucero toda la Pasión, y a otro dos lados los Profetas Menores Simeon y Hieremias, se halla esta inscripción


REGNANTES LOS MUY CATHÓLICOS


PRINCIPES DOÑA JUANA Y DON CARLOS



SU HIJO, SIENDO OBISPO DE CÓRDOBA



EL MUY ILLMO. SEÑOR DON ALONSO



MANRIQVE, SE ACABO ESTA OBRA



EN EL AÑO DE M. D. XVII. POR EL



MES DE JVLIO.”




Según esta inscripción, los escudos de armas debían ser los del Sr. Manrique; pero ni la mas pequeña señal existe de ellos ni de los demás que antes copiamos; sin duda desaparecerían en tiempo de D. Leopoldo de Austria, cuando se hizo el rosetón y la torre, y se reformó todo el interior de la iglesia, en perjuicio de las Artes y la Historia.





De Ramírez de Arellano









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