jueves, 25 de julio de 2013

DICHOS POPULARES

NO ME ABANDONES.

¿ Sabias Qué .... ?

Dejarle en la estacada

La "estacada" era el campo de batalla construido con estacas donde se celebraban los desfiles solemnes, los torneos y demás competiciones entre caballeros. De ahí se llamó figuradamente "quedarse en la estacada " a ser vencido en una disputa o perder en una determinada empresa: y "dejar a alguien en la estacada" a abandonarle en un momento delicado o peligroso.    












¿ Sabías Qué ?


DE PASCUAS A RAMOS

Domingo de Ramos


Cuando un suceso ocurre muy de vez en cuando, decimos que pasa "de Pascuas a Ramos". El dicho alude a la festividad de la Pascua de Resurrección, que tiene lugar una semana después del Domingo de Ramos. Por lo tanto, entre ambas festividades, existe un lapso de tiempo de un año menos una semana.


Huevos de Pascua de Resurrección


jueves, 18 de julio de 2013

RECUERDOS DE LA ANTIGUA CÓRDOBA

LA VIRGEN DEL CARMEN DEL BARRIO DE PUERTA NUEVA COMUNIDAD DE EL CARMEN CALZADO EN CÓRDOBA En los apuntes para la historia de Córdoba, que manuscritos existen en el archivo del Ayuntamiento y pasan por de Andrés de Morales, cuando eran de su tío Fr. Alfonso García de Morales, se vierte la idea de que en los primeros siglos del cristianismo debieron existir en Córdoba algunos frailes del Carmen, si bien en forma de anacoretas o ermitaños;mas esto no pasa de ser una opinión que no vemos bien fundada, y por lo tanto no nos merece entero crédito; así, solo diremos, que en 1510, según este autor y en 1542, según otros, se fundo en Córdoba el convento de esta religión, mas allá del arroyo de las piedras,o sea detrás del hospital de San Lázaro; lo insaluble del sitio, les hizo trasladarse al que aun ocupan a la salida de la puerta de Alcolea, ( hoy Puerta Nueva) sirviendole de iglesia en un principio, una ermita que habia con el titulo de Ntra. Sra. de la Cabeza, que aun existe con su hermandad, colocada la imagen sobre el tabernáculo del altar mayor. Morales dice, que la traslación fue en el citado año 1542: otros, entre ellos el Sr. Ramirez Casas-Deza, que entonces fue la primitiva fundación, y que en 1580 se varió al lugar en que aun lo vemos. Era un buen convento, aunque no muy grande, con un hermoso patio claustrado, donde aun se ven setenta y cuatro hermosas columnas que sostienen sus arcos. La comunidad del Carmen Calzado era de las mas numerosas e ilustradas: en el censo de población de 1718, la encontramos con cuarenta y cuatro religiosos profesos, ademas de los donados, y eso que parte de ella radicaba en el colegio de San Roque, en el barrio de la Catedral, en el que tenían las clases o cátedras; su fundación arroja también algunos datos muy curiosos y que deseamos conozcan nuestros lectores, y anotaremos cuando a el dirijamos nuestro paseo. Sirvió de base para su creación la suma de cuatro mil ducados, de que hizo donación Fr. Andrés de Ibarra, vizcaino de cuarenta y dos años, que entró de fraile en este convento y profeso el 13 de Junio de 1614, en manos del Provincial Fr. Pedro de Carranza. Muchos son las frailes del Carmen que alcanzaron fama de notables predicadores, y de los que debemos citar al P. M. Fr. Diego de León, que despues de ser prior en este y otros conventos, llego a ser Obispo de Coimbra y asistió al célebre concilio de Trento, y Fr. Miguel de Cárdenas, natural de Córdoba, que murió en 1677: desempeño los obispados de Ciudad Rodrigo y Badajoz, a cuya jerarquía lo elevaron sus merecimientos. Cuando la venida de los franceses en 1808, sufrió mucho este convento por la proximidad a la Puerta Nueva; despues en 1810, exclaustraron a los frailes y se destrozo el edificio, perdiéndose muchos objetos de valor, entre ellos casi todos los libros de su biblioteca, que era muy numerosa y escogida, gastándose gran parte en hacer cartuchos en el Parque, a donde se los llevaban por cargas, ademas de los que quemaron para guisar los ranchos, en que se consumió la madera de casi todos los retablos y muebles que la soldadesca hubo a la mano. En 1814 se recogió lo que se pudo, y en la tarde del día 14 de Junio llevaron en procesión la Virgen del Carmen, que se había conservado en la Iglesia de la Magdalena. La iglesia, de que patronos los Marqueses de Villaseca por el Condado de ka Jarosa, teniendo enterramiento en la bóveda que hay debajo de la capilla mayor, por lo que estos señores han contribuido con largueza a las reparaciones que se han hecho en este templo, consta de una sola y espaciosa nave. El retablo del altar mayor puede considerarse como un pequeño museo, en que se conservan once cuadros pintados en 1658 por el célebre artista cordobés Juan Valdés Leal, uno de los mas notables de su tiempo, y que compitió con Murillo, a quien venció en algunas ocasiones, y del que se ocupan con elogio muchos escritores, entre ellos Palomino y Saenz Bermudez en sus obras sobre pintores. Repartidos por la iglesia se ven varios altares, como el de la Virgen del Carmen, que tiene hermandad, Santa Teresa, escultura muy linda, San Elias, San Bernardo, la Concepción y otros: en el lado del evangelio existe una capilla con camerin, donde el colegio de Escribanos tuvo su hermamdad del Santo Sepulcro, traladada a la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos, y en la que hay un cuadro de Agustin del Castillo; desde el arco de la capilla mayor hasta el final de la iglesia, cobre a esta un magnifico artesonado, así como es muy notable el tallado del entresuelo del coro, que consideramos de mucho valor y mérito.

lunes, 15 de julio de 2013

PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA

PALESTINA EN TIEMPO DE JESÚS ( CONTINUACIÓN)

SADUCEOS.

Los Saduceos, este nombre parece derivar de Sadoc, sumo sacerdote de quien provenía, desde Salomón todo el orden sacerdotal. Constituía este grupo un conjunto de personas que negaban  la vida futura y su retribución, porque no creían en la resurrección y la inmortalidad personal. Rechazaban, por eso, la existencia de ángeles y demonios, negaban el poder soberano del destino y la predestinación, porque creían en la libertad de la voluntad humana. Se consideraban los conservadores del espíritu del yavismo auténtico de la Torá, y aunque creían en la promesa mesiánica, desconfiaban de cualquier movimiento mesiánico, que brotara del entusiasmo popular. Su pragmatismo les indujo a acomodarse al régimen establecido, a condición de que la religión fuera respetada; cabe que sus adversarios hayan exagerado un tanto su laxismo.
Conformaban más un partido que una secta religiosa, y sus miembros se reclutaban entre aristócratas, ricos y sacerdotes. 

LOS FARISEOS

Los Fariseos -o separados- recibieron el nombre de "hassidim" , los piadosos, por el rigor con que cumplían la Ley y la Tradición, que imponían también a los demás. Tenían por una gracia muy singular de Yavé y fuente de pozo el estudio de la Ley fuente de pozo el estudio de la Ley y la aceptación de sus cargas. La Haggadá y la Halachá venia a ser para ellos como un desarrolla de la Torá.
Gozaron de gran consideración e influencia en el pueblo por su fidelidad a la Torá; y la crítica que hace de ellos el Evangelio, resultaba extraña a sus contemporáneos. Jesús mismo, en su piedad judía, siguió las líneas fundamentales trazadas por su espiritualidad, aunque no sus formalismos. Veían en el pecado la grave transgresión de la voluntad de Dios, y sólo la responsabilidad individual podía inducir al arrepentimiento y cambio de conducta. A pesar de su legalísmo, se manifestaban abiertos a novedades religiosas, lo que les movió a imponer al pueblo reglas que no estaban en la ley de Moisés, conciliando así el viejo yavismo con las novedades que a su juicio imponían los tiempos.
Entre sus creencias, admitían ángeles y demonios, alentaban la esperanza de la resurrección y esperaban el pronto advenimiento del reino de Dios. Mantenían las ilusiones nacionalistas del Israel, resistían a la contaminación cultural y aún religiosa helenística, y consideraban necesaria la independencia política como condición para el mejor cumplimiento de  sus cometidos religiosos. Amados de unos, rechazados de otros, ocupan una situación preponderante en tiempo de Jesús. Del fariseísmo salían los mejores escribas, exégetas y juristas, ya que mantenían escuelas propias, que produjeron posteriormente la obra ingente del Talmud.

LOS ZELOTAS.

Zelotes o cananeos, eran un ala de los fariseos y no reconocían otro jefe y maestro que Dios. Nacidos contra la opresión romana, rechazaban la pasividad de los fariseos y proponían la acción decidida y audaz como única solución. No dudaron por eso en rebelarse en repetidas ocasiones. Se les llegó a conocer por sicarios o asesinos, y su exaltación jugó un papel decisivo en la Gran Revuelta, porque sus acciones, básicamente religiosas, se confundían con la agitación política.

ESENOS.

Los Esenios, "dentro de la ortodoxia judía constituyen una asociación de pietistas escrupulosos que encarnan la Torá en una regla de vida, una disciplina, prácticas rituales ajenas a la tradición  yavista normal, y que introducen el espíritu, a pesar de las representaciones de una gnosis cosmológica, en el cuerpo de la religión nacional. Suponen por todo ello un reflorecimiento de la vida religiosa dentro de la vieja tierra judía".
En realidad, no existe aún una información completa y veraz sobre los mismos, por más que los documentos de Qumrán hayan aportado no poca luz sobre sus vivencias comunitarias. 
Su fidelidad a la Torá, su disciplina de vida, su credo y su piedad en las sinagogas, y la instrucción que impartían a sus fieles, les ganó, además de consideración, una notable influencia.
Digamos que los berodianos aparecen dos veces en el N.T. (Mc 3,6 y Mt 22,16). Siempre conjuntamente con los fariseos y ambos como enemigos de Jesús. No deben identificarse con una secta judaica que habría considerado a Herodes el Grande como el Mesías. En el fondo se trataba de un grupo de partidarios de la dinastía de Herodes. Jesús les resultaba también molesto.
Justino y Hegesipo, en el s. II, se ocuparon además de otras sectas, no menos de siete, a las que hay que añadir las masas populares, "gentes de la tierra", despreocupadas de la prácticas religiosas, y los "anawim" (los pobres), junto al judaísmo oficial y las tendencias ortodoxas, que ajenos al espíritu de la escuela farisaica eran pietistas ardientes, más inclinados a la confianza en Yavé que al mero temor.
Es importante recordar el judaísmo de la Diáspora o dispersión, que nace con la deportación a Babilonia y que se extiende por todas las provincias del Imperio romano, cuya cultura introdujo en el judaísmo ciertos condicionamientos: una helenización debida a la filosofía y categoría griega; un espíritu propagandístico; cierto espíritu sincretista que dio nacimiento a varias sectas y favoreció la gnosis judía.
La vida de la diáspora les hizo olvidar su propia lengua y aprender el griego. La versión de los "Setenta", primera traslación al griego del A. T., que se remonta al tiempo de Tolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.), tuvo una gran influencia en la literatura religiosa de los gentiles, próxima ya el nacimiento del cristianismo.
Un ejemplo clave del judío de la diáspora es Filón de Alejandría (30 a.C.- 54 d. C.), por su asimilación de la filosofía griega aplicada a la reflexión teológica, método que imitarán algunos Santos Padres.
Dentro del paganismo, tuvieron enemigos como Cicerón y Tácito, que criticaron la prohibición de carnes de cerdo, el sábado, la circuncisión y el culto sin imágenes. Sin embargo, en general, el judaísmo tuvo una gran aceptación por el atractivo y novedad de la religión yavista y su moral, fundamentadas en la Biblia, y favoreció la rápida difusión del cristianismo.
ïncide de la presencia judía en el mundo greco-romano son los prosélitos, simpatizantes que llegaban a ser auténticos hijos de Israel y que extendieron entre la gente distinguida de Roma el tema "Judaicam vivere vitam".
Los dos grupos más influyentes en el pueblo, fueron los Fariseos y los Zelotas, cuyo mesianismo tendía al establecimiento del Reino de Dios sobre la tierra. Se comprende que el anuncio hecho por Jesús de un "Reino que se avecina, que está dentro de vosotros", y que exigía la transformación moral del individuo, no ofrecerá suficiente atractivo como para ser aceptado.