Durante el siglo XVIII había
entre las personas de la alta sociedad francesa una moda que consistía en
retirarse de un lugar sin despedirse, sin siquiera saludar a los anfitriones.
Llego a tal punto este hábito, que era considerado un rasgo de mala educación a
alguien cuando partía. Esta costumbre, en Francia dio origen al dicho sans
adien ( sin adiós) que el lenguaje coloquial español acuño en la forma “despedirse
a la francesa”, pero en este caso como equivalente de reprobación del
comportamiento de alguien que, sin despedida ni saludo alguno, se retira de una
reunión.
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