SI
EL VINO ME ACOMPAÑA NOCHE Y DÍA,
EN
MI AMBULAR POR PLAZAS Y CALLEJAS,
BAJO
MI CIELO AZUL PLENO DE ESTRELLAS,
O
ATARDECERES DE SOL EN SU AGONÍA,
RICO NÉCTAR QUE ME OFRECE MELODÍAS,
ESCANCIÁNDOSE POR MI ALMA TAN DOLIDA
YA
QUE SIN ÉL, MI SER NADA SERÍA,
Y
HASTA MI HABLAR SE DEVANA EN ALEGRÍA,
QUIZÁS MEJOR LO BEBA EN COMPAÑÍA,
COMPARTIENDO
TAL VEZ ALGUNA HERIDA,
Y
AL VERLO EN EL CRISTAL EN SU MEDIDA,
VIVO,
AMO, SUEÑO Y OLVIDO..... LA PENA MÍA .
Dedicado
al Bar Oslo.
Autor
Francisco Leiva
Córdoba
18-10-98.
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