jueves, 17 de septiembre de 2009

CASA Y MUSEO DEL GRECO

Documenta mente se sabe que el Greco residió en el abandonado palacio del Marqués de Villena, Duque de Escalona, situado en lo que hoy es aseo del Tránsito y casas colindantes
.Lo que románticamente llamamos Casa del Greco, eran los Palacios de Samuel Leví, tesorero del Rey D. Pedro y que pasaron después a manos de la duquesa "vieja" Dª Aldonsa de Mendoza, duquesa de Arjona.
A principios de siglo, el Marqués de la Vega-Inclán, con el sano propósito de retener la memoria del Greco y guardar sus cuadros, acondiciona el viejo caserón, para instalar sus cuadros y crear una réplica de lo que podía haber sido la mansión del pintor, creando una atmósfera fiel, con muebles de época
Alrededor de un hermoso patio, con zócalo de azulejos, el comedor y una salita de costura, destinada a Dª Jerónima, compañera y madre de Jorge Manuel, hijo del Pintor.
Atravesando la pintoresca cocina, el gran jardín, bajo el cual están las bóvedas de las cuevas donde se custodiaban los tesoros de Samuel Leví.
En el piso superior, al taller, con una extraordinaria versión de las "Lágrimas de San Pedro" y diversas estancias, imaginando como viviría el Greco.
Entro los numerosos cuadros, merece destacarse, "La Vista y Plano de Toledo", correspondiente a su última época (1604-14).
Sobre un extraño caserío toledano, la Virgen desciende rodeada de ángeles. Un joven sostiene un plano topográfico, minuciosamente dibujado y explicado, y la interesante leyenda documento inapreciable para entender las ideas del Greco, en que aclara el porqué cambia la ubicación de los edificios.
El Apostolado, completo, algunos esbozados y en una sala del piso inferior el alucinante S. Bernardino, claramente desproporcionado buscando verticalidades espirituales, con las tres mitras alegóricas de los obispados que renunció, Siena, Ferrare y Urbino.

EL GRECO Y TOLEDO



Desde su nacimiento, Domenicos Theotocoulos "El Greco" como le llamaron sus contemporáneos fue un predestinado. Sea el azar o la Providencia, le guiaron para recalar en el peñasco toledano, y esparcir su mensaje.

Creta, la isla donde nace en 1541, es un protectorado, ocupado y administrado por los venecianos, utilizada como base de su comercio con Oriente. Su juventud, se desarrolla en un ambiente religioso ortodoxo, y culturalmente bizantino, pero ligado a la Órbita de Occidente. A pesar de su sangre griega, es un veneciano de ultramar.

Se educa pictóricamente en la rigidez de las normas y técnica bizantinas; joven maduro, ensancha su horizonte y marcha a Venecia. Sus pupilas recogen un mundo desconocido: las fantasías cromáticas de los venecianos y sus pinceles la nueva técnica del oleo.

Trabaja como miniaturista con Julio Clovio, aprende con Tintoreto los escorzos, el ritmo, sus recursos y métodos de trabajo, contempla en el Tiziano las amplias perspectivas, y de repente bifurca su senda y marcha a Roma, tenía 29 años.

Perplejo contempla los frescos de Miguel Ángel, el dibujo cuidadoso de florentinos y romanos, trata de abrirse camino durante 7 años, el ambiente de Roma no le es propicio, y se traslada a España, donde le encontramos en 1577. Es un hombre maduro formado con 36 años.

De su etapa italiana, se conoce poco y mediocre, toda su imaginación y fantasía se revela impetuosamente al contacto con Toledo; sus primeras creaciones son el retablo de Stº Domingo el Antiguo, y el Expolio de la Catedral, inaugurado un nuevo lenguaje pictórico y sentido cromático sin precedentes en España. Al año de estar en Toledo le nace un hijo, fruto de sus amores con Jerónima de las Cuevas y queda definitivamente anclado en la ciudad.
aquí vivió 37 años, tratando de llevar al lienzo. sus visiones, su lirismo, a veces con escalofríos, en un proceso de depuración que le conduce a veces a la pura abstracción.

En un ambiente cultural refinado, rodeado de intelectuales, en una ciudad cosmopolita y todavía próspera, que le presta toda su magia y su misterio, envuelto en un paisaje que se le adentra hasta los tuétanos, la imaginación y fantasía del Greco constantemente activadas, pudo desarrollar su arte inimitable y encontrar el sendero de la originalidad, llevando al lienzo sus especulaciones filosóficas, entre lo onírico y lo espiritual, adelantándose en siglos a su época y marcando la ruta de una pintura de vanguardia.

El 7 de abril de 1614, viejo, achacoso, extenuado por su larga enfermedad, se apagaba la llama parpadeante del candil de su existencia. Recibió los sacramentos como cristiano militante. Sus despojos yacen bajo el altar, donde ilusionado pintara sus primeros cuadros, en la iglesia del convento de Santo Domingo el Antiguo.

Al morir todo su ajuar consistía en una nutrida biblioteca de libros selectos,cientos de cuadros esbozados, los mínimos utensilios para su oficio, una cama ocho sillas, el sombrero, su espada y su daga.

En el convento de Stº Domingo el Antiguo, alfa y Omega del Greco, están sus primeras pinceladas y sus huesos.








lunes, 7 de septiembre de 2009

SINAGOGA DE SAMUEL LEVY O DEL TRÁNSITO

SINAGOGA DE SAMUEL LEVY O DEL TRÁMSITO.

Resulta de la expulsión, en 1492 y pasar a manos cristianas la bella sinagoga de R. Samuel Ha-Levy, afortunadamente, se respetaron las inscripciones; hoy día, no solamente forman el conjunto más hermoso de toda la edad media, sino que los datos históricos son de capital importancia para situar su momento histórico.

El cuadro principal del retablo, pintado por Correa de Vivar, mientras fue iglesia, representaba, la Asunción o Tránsito de la Virgen María, de ahí su denominación híbrida de Sinagoga del Transito.

A través de las inscripciones históricas, sabemos que se inauguró en el mes de TISRI, acabadas las fiestas del Seder del año 5117 es decir 1357.

Todavía en el siglo XVIII, existían al exterior dos rótulos, uno encima de la puerta “Esta es la puerta de Yahvéh, los justos entrarán por ella”, y otro más arriba, junto a la espadaña, “Abrid las puertas, y entrará un pueblo justo, guardador de la lealtad”.

Como es costumbre, nada hace presumir desde el exterior, la riqueza ornamental que aguarda el visitante.

Una nave diáfana de 23 m. largo por 9,5 de ancho, cubierta por un artesonado de alarce de los mejores de España.

El muro del Este, ostenta una suntuosa decoración, quedando abierto en el centro un hueco o nicho (Hekal) donde se coloca un arca o armario (Aron) que guarda los rollos (Sefarím) que componen la Ley (Torah), flanqueando el nicho, las inscripciones laudatorias a R. Samuel Ha-Levy, “varón colocado en lo alto, ¡Sea su Dios con él y lo ensalce!. Ha hallado gracia y misericordia a los ojos de la magna águila de enormes alas, hombre de guerra y campeador, el gran monarca nuestro señor y nuestro dueño EL REY DON PEDRO”.

Delante del Hekal, en el suelo, se ha conservado, un resto de lo que fue el antiguo pavimento de losetas vidriadas.

Los alarifes toledanos, rodearon los cuatro muros con dos franjas decorativas superpuestas, la superior combinando ventanales ciegos con otros abiertos, cuya luz, tamizan bellísimas celosías. La franja inferior con los escudos de Castilla y León, que entrelazan cenefas con epigrafía árabe y temas vegetales, de clara inspiración cristiana, pero con un realismo que supera a lo gótico, y con acento y ritmo oriental. Innovación que marca un hito en lo gótico-mudéjar toledano.

Todo ello enmarcado por los salmos de David, que en hermosos caracteres hebraicos, corren paralelos a la decoración.

Solamente el muro sur, se abre unos grandes ventanales de la galería destinada a las Mujeres, cuya decoración muy deteriorada, ha sido restaurada (1988), rivalizó con la de la sala de oración.