Documenta mente se sabe que el Greco residió en el abandonado palacio del Marqués de Villena, Duque de Escalona, situado en lo que hoy es aseo del Tránsito y casas colindantes
.Lo que románticamente llamamos Casa del Greco, eran los Palacios de Samuel Leví, tesorero del Rey D. Pedro y que pasaron después a manos de la duquesa "vieja" Dª Aldonsa de Mendoza, duquesa de Arjona.
A principios de siglo, el Marqués de la Vega-Inclán, con el sano propósito de retener la memoria del Greco y guardar sus cuadros, acondiciona el viejo caserón, para instalar sus cuadros y crear una réplica de lo que podía haber sido la mansión del pintor, creando una atmósfera fiel, con muebles de época
Alrededor de un hermoso patio, con zócalo de azulejos, el comedor y una salita de costura, destinada a Dª Jerónima, compañera y madre de Jorge Manuel, hijo del Pintor.
Atravesando la pintoresca cocina, el gran jardín, bajo el cual están las bóvedas de las cuevas donde se custodiaban los tesoros de Samuel Leví.
En el piso superior, al taller, con una extraordinaria versión de las "Lágrimas de San Pedro" y diversas estancias, imaginando como viviría el Greco.
Entro los numerosos cuadros, merece destacarse, "La Vista y Plano de Toledo", correspondiente a su última época (1604-14).
Sobre un extraño caserío toledano, la Virgen desciende rodeada de ángeles. Un joven sostiene un plano topográfico, minuciosamente dibujado y explicado, y la interesante leyenda documento inapreciable para entender las ideas del Greco, en que aclara el porqué cambia la ubicación de los edificios.
El Apostolado, completo, algunos esbozados y en una sala del piso inferior el alucinante S. Bernardino, claramente desproporcionado buscando verticalidades espirituales, con las tres mitras alegóricas de los obispados que renunció, Siena, Ferrare y Urbino.
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