CÓRDOBA
EN EL ALMA
JUAN
PALOMO (YO ME LO GUISO Y YO ME LO COMO)
No todos
los pueblos pueden presumir de poseer una hermosa leyenda o historia
misteriosa que se palpa en el ambiente de sus calles y entre sus
casas. No todos los pueblos tienen el don inmenso y singular de
llevar grabado en su memoria popular la imagen de un romántico y
altruista bandolero: Juan Palomo , que según cuenta la voz del
pueblo tuvo su cuartel general dentro de Fuente la Lancha y -siempre
según la leyenda – desde allí dirigía sus hazañas y escaramuzas
con la justicia.
Corría en
siglo XIX y la entrada de Napoleón en España, levantó a muchos
patriotas que iniciaron una soberbia resistencia al descomunal y
bárbaro ejército de Francia. En Andalucía, a diferencia de otras
regiones de nuestro país, surgió la mítica figura del bandolero
héroe romántico y legendario, cautivador, que casi siempre tenía
un origen familiar humilde y pobre, y gozaba de un carácter
altruista y valeroso. Esta castiza figura del bandolero, a caballo
entre la historia y la leyenda popular, ha inspirado bellísimas
páginas literarias y multitud de películas que sería imposible
enumerar en breve líneas.
Juan
Palomo, según narración popular, fue gran amigo de José María el
Tempranillo. Tenía como casa de operaciones y, a la vez, como
estancia la “Casa Grande”; hermosísima casona ubicada en el
corazón de Fuente la Lancha, a pocos metros de la parroquia de Santa
Catalina. Esta casa, aunque en la actualidad se encuentra dividida y
transformada, en otro tiempo gozó de una excepcional solera
arquitectónica. Espesos muros y hondas estancias, arcos robustos, y
una muy espaciosa cámara -llena de habitaciones- hacían de la Casa
Grande un edificio hercúleo y atractivo.
Son
múltiples las leyendas que se ciernan en torno a la vieja y hermosa
casona ya, desgraciadamente desaparecida, según los lugareños La
Casa Grande posee hondas galerías, donde estaban las cuadras, que
sirvieron a Juan Palomo para depositar las joyas y dineros robados a
los franceses; por otra parte, las habitaciones que había en la
cámara servían como cárceles a los ilustres personajes por los que
Juan Palomo pedía sustanciosas recompensas. Otras muchas leyendas e
historias, en torno a Juan Palomo y la Casa Grande, circulan de boca
en boca por el lugar; una de ellas asegura que el pozo de la Casa
Grande posee una inmensa galería que comunica con el río
Guadamatilla – situado a escasos kilómetros del pueblo-, y, a
través de ella, escapaba Juan Palomo cuando era sorprendido en su
refugio.


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