martes, 16 de diciembre de 2014

CÓRDOBA EN EL ALMA


CORDUBA ROMANA

 LA FUNDACIÓN



No solo del pasado musulmán vive una ciudad tan histórica como Córdoba, porque también la ciudad tiene una importante historia como ciudad romana, más de lo que probablemente muchos cordobeses pueden

pensar. Pues Córdoba fue una importante ciudad del imperio romano, capital de la Hispania Ulterior y posteriormente, tras la reforma del emperador Augusto, capital de la bética. Fue colonia patricia y por sus calles y puente romano, discurrió la vía agustua que conducía hasta Gades (Cadiz). Tras diferentes estudios arqueológicos se a podido testimoniar que Corduba fue una ciudad muy romanizada y con una gran cantidad de edificios púdicos, posiblemente más que ninguna otra ciudad de Hispania. En Córdoba yace el tercer anfiteatro más grande de la historia del imperio, que fue base del actual coliseo y que en su construcción llegó a ser durante un periodo, el más grande en aforo. También la ciudad patricia, llego a tener uno de los más grandes teatros de Hispania, llegó a ser de cuantos se construyeron en España, el más parecido a los teatros de Roma. Pero toda gran ciudad tiene un comienzo en la forja de su historia y la de Córdoba comenzó con Roma.



Imperio Cartaginés. El imperialismo cartaginés en su expansión por el Mediterraneo chocó con los intereses de Roma. La península ibérica se convirtió, por consiguiente, en escenario primordial entre los dos Imperios. Los romanos tomaron contacto con Andalucía en fecha bien tardía. En general, la guerra de Hispania, durante la segunda guerra
 púnica, fue concebida como una operación secundaria, cuyo objetivo era privar de recursos al imperio cartagines. Fue entonces cuando los romanos se dieron cuenta de la importancia del sur de la península ibérica, rica en campos, minas y tributos pagados por la población abastecían al enemigo y contribuían a pagar a sus mercedarios. Tras el interés romano de tomar tierras andaluzas, inmediatamente las ciudades de esta tomaron parte en la causa romana y de así sacudirse el pesado yugo cartaginés. Tras el desastre de los Escipiones en el 211 a.c. iniciado en alto guadalquivir, el nuevo general romano, Publio Cornelio Escipión, futuro vencedor del cartaginés Anibal, no tuvo dificultad en conseguir la ayuda o, por lo menos, la neutralidad de las ciudades del alto guadalquivir. Una vez que los romanos consiguieron vencer a los cartaginenses en la Península, decidieron quedarse para proteger la nueva provincia contra los posibles in cursores bárbaros.




Fundación de la Ulterior. Tras la batalla de Ilipa, queda de manifiesto la voluntad de Roma de permanecer en la Península. Desde el 206 a.c. se estableció como provincia la Hispania Ulterior, hecho que quedó refrendado en el 197 con el envío regular de un propraetor cum imperium. La frontera inicial con la provincia Citerior, fue el rió Ebro. Córdoba fue conquistada a los cartaginenses por el pretor Lucio Marcio, en el año 200 a.C. .El levantamiento de los distintos pueblos de Andalucía comenzó en 197 a.C.. Con motivo de las guerras lusitanas, la Bética, ya pacificada, sufrió indirectamente las consecuencias.



Corduba. El 
pretor de la Hispania Ulterior, Claudio Marcelo, que viene a Córdoba en el año 169 a.C., modifica y ennoblece establecimiento en ella una colonia romana y echó los cimientos de su futura grandeza. Con mezcla de altos indígenas y romanos, ya empieza a sonar con verdadero decoro el nombre de la "Colonia Patricia", como le llamaron los romanos. Córdoba, edificada por ello, según Estrabón, de "opus Marcelo", pudo tener, a contar desde entonces, todo lo que podía darle Roma: suntuosos edificios, comercio, industria, labor, arte; se identifica con Roma, se romaniza; es como una miniatura de la gran ciudad, señora del mundo, como llego a escribir Plinio "La Bética, así llamada por el río que la cruza por la mitad, aventaja a todas las demás provincias por la riqueza de su acepto y por cierto esplendor peculiar en su fertilidad". Aquí se fundan dos razas, la indígena y la conquistadora; el alma ibérica y la progenie romana, de las que, vivificadas mutuamente, saldrá una constelación de hombres ilustres, todo excelsitud. En Córdoba reside el pretor, es quiza la ciudad que más presto se romaniza y una de las más celebres colonias del Occidente Romano. Los romanos fortifican y guarnecen a Córdoba, la hacen centro y plazas d
e armas, cuartel de sus legiones, Roma el pueblo que mejor a conocido el valer geográfico de la España mediterránea y que amoldó al imperio de la Geografía la constitución de su propio imperio, conoce el valor estratego de Corduba, de ella parten, como centro de comunicaciones, numerosos caminos, por eso desde aqui, muy cerca de la ciudad, luchan los pretores romanos contra Viriato, que entonces (149 a 140 a.C.) representaba el sentido español de independencia. Corduba sería desde sus inicios capital de la Hispania Ulterior, colonia patricia y empezó a forjar su fastuosa historia.




sábado, 13 de diciembre de 2014

CÓRDOBA EN EL ALMA (EL AVARO JUDÍO).



LEYENDAS Y CURIOSIDADES EN EL REINO DE CÓRDOBA


EL AVARO JUDÍO

Un hombre, pobremente vestido, está sentado delante de una mesa. La habitación está casi vacía, salvo por la silla donde se sienta, un tablón desgastado que le sirve de mesa y una vieja arqueta en el suelo. Frente a él, en la mesa, amontona monedas de oro y joyas a medida que los cuenta.
Llaman a la puerta. Se apresura a guardarlo todo en la arqueta antes de salir. Allí hay una mujer, que angustiada, comienza a contarle su historia. Es pobre, apenas le queda nada y no tiene qué comer. Necesita dinero. El avaro la mira en silencio, sin responder. No le impresiona la historia. La ha oído cientos de veces y la respuesta es siempre la misma.
- ¿Qué puede ofrecerme a cambio?
- Nada tengo, señor, salvo mi casa.
- Eso valdrá -responde, haciéndole saber los términos del acuerdo.
La mujer, al oír el el alto interés que tendrá que pagar, comienza a llorar y suplica no sea tan severo. Él responde que nada puede hacer: es un negocio y lo demás, no le importa. Después guarda silencio. La mujer, finalmente, se ve vencida, y asiente con la cabeza. Él redacta el papel; ella lo firma, hecho lo cual, se dirige con gesto cansado al interior de la casa: se escucha el abrir y cerrar de puertas y al cabo de unos minutos, vuelve el avaro con el dinero prometido. Ella lo toma, le entrega el papel y se marcha.
El viejo, al verla salir, retoma su trabajo. Saca el dinero y lo cuenta. Una vez terminado, lo anota en un pequeño libro que guarda en el arcón, del que saca una bolsa donde introduce el dinero. Lo toma y marcha a guardarlo. Mientras baja las escaleras del inmenso sótano donde guarda su riqueza, piensa en lo cansado que está, y murmura que, pase a todo, debe seguir con el negocio, aún no es bastante su riqueza.
Al subir, encuentra a su hija. Una mujer joven, casi una niña. Se dirige a la cocina, a preparar la cena. El viejo, de nuevo en la habitación, apaga la vela, para ahorrar, y se sienta. Apenas han pasado unos momentos cuando su hija lo llama. Hay en caballero en la puerta que pregunta con ti, le dice. “Muy bien, ahora lo atiendo”. Ella asiente y se marcha. Sale al zaguán donde un hombre joven lo espera. Al verlo, desaparece la sonrisa de su rostro, dando a entender el profundo desagrado que el viejo le provoca.
-Tenga buena noche, señor.
-Aquí tienes tu dinero, señor. Cuéntalo si quieres- dice a modo de respuesta.
-Eso no es necesario, señor. Espero que su merced haya recordado el interés que fijamos y lo haya incluido.
-Por supuesto. Di mi palabra, y ahora cumplo.
-Entrégame el papel que te firmé y acabemos con esto- dice agriamente.
El viejo, sin responder, le tiende el papel. El caballero lo toma con gesto violente, da media vuelta y sin despedirse, sale de la casa.
El viejo lo observa mientras se marcha. Y después, con una sonrisa, se vuelve hacia el saco que el caballero ha dejado en el suelo. Intenta cogerlo, pero es demasiado pesado. Por varias veces lo intenta, sin -éxito. Finalmente, decide llamar a su hija.
Ella, siempre solícita, escucha atentamente a su padre. Nunca ha bajado al sótano, y trata de memorizar las instrucciones. Finalmente, toma la vela y se dirige a la entrada. Levanta la tapa y se adentra por el hueco de las escaleras. Al legar a bajo, repite las instrucciones: a la derecha, después a la izquierda.... Así, recorre varios pasillos. De pronto, se estremece y mira alrededor asustada. Una corriente de aire apaga la vela y queda a oscura en medio del laberinto. Duda entre seguir o regresar y, a tientas, busca el camino de vuelta, pero la oscuridad y el miedo la traicionan y no encuentra el camino. Finalmente, comienza a llamar a su padre. Pero la respuesta que obtiene es el eco de su propia voz. Espera, pero nada ocurre. Se desespera y empieza a gritar y gritar....
El viejo mira intranquilo el hueco del sótano. “Debía haber regresado ya”, pie3nsa.... y es entonces cuando escucha la voz que lo llama..... Toma una vela y baja con rapidez. Se mueve con agilidad por los pasillos, pero cada vez que se acerca a la voz, esta suena en otra parte o se vuelve lejana.... Así las horas pasan y el viejo, cada vez más desesperado, busca sin cesar. Finalmente, decide pedir ayuda. El sitio es demasiado grande y por eso no la encuentra, dice intentando tranquilizarse.
Una vez en la calle, comienza a gritar a sus vecinos “¡Ayuda”. Estos, somnolientos, se asoman a la ventana para ver qué ocurre. Al verlo ponen cara de desagrado, la mayoría vuelve adentro, pero algunos, deciden bajar. El viejo, intentando parecer sereno, les cuenta:
-Mi hija bajó anoche al sótano y no regresó. La he buscado toda la noche, pero no consigo encontrarla; es demaciado grande para una sola persona. Si tuvierais a bien ayudarme....
Los vecinos se miran extrañados. Cómo puede una persona perderse en un sótano -se preguntan. El viejo les responde:
-En realidad, es una red de pequeñas galerías, casi un laberinto. Tiene tantas galerías y pasillos que es fácil desorientarse y perderse dentro: es por esto que yo solo no puedo. Les ruego....
Suenan de nuevo murmullos, pero una voz se levanta sobre el resto y dice: “Vamos”
Al oírlo, todo el mundo calla y lo sigue hacia la casa del anciano. Allí toman cuantas velas y candiles pueden y bajan al sótano, donde comienzan a buscar. Comienzan llamando a la muchacha, pero al oír la débil voz, callan y escuchan. Se mueven de un lado a otro, incansables. Las horas pasan y el viejo está casa vez más alterado. Finalmente, los oye que suben todos, y suspira aliviado. Pronto, su cara se torna en mueca a ver que vuelven sin la niña.
-Es imposible, señor. La voz se acerca y se aleja de nosotros. Quizá haya salido ya, y lo que hemos oído sea el eco.
-Pero eso no es posible. Yo estuve aquí todo el rato, y nadie entró ni salió, salvo sus mercedes.....
Sin más respuesta que un encogerse de hombros y un “lo siento”, el grupo sale de la casa.
Allí queda el viejo solo.
El viejo, como cada noche, se sienta en un sillón. Pero ya no cuenta el dinero. Sólo escucha, aterrorizado, angustiado, la voz que día tras día, al caer la noche, comienza a sonar, llamándolo a gritos.









jueves, 20 de noviembre de 2014

PERSONAJES POPULARES

PERSONAJES POPULARES DE LOS AÑOS 50 EN CORDOBA.


Concha " La Pichichi "

Sevillana de nacimiento fue muy conocida como personaje en los años 50 en Córdoba, “La Pichichi” regentaba una casa de “señoritas”, de las más importantes en la ciudad, ubicada en la calle Hermanos Sánchez Murga, hoy calle Caño.

No era una mujer guapa, aunque sí resultona, simpática, graciosa y con genio. Dotada de su especial código de honor o moral, presumía de no haber estado liada con ningún hombre casado por no “extraviar” ninguna casa . Su referencia señalaba, a posiblemente “líos” estables no circunstanciales.

En ella se daba el curioso contraste, de ser pia y devota de día, pues se le veía frecuentar la iglesia de la Virgen de los Dolores, y de noche ser una conocidísima “dueña”, con el negocio más caro, famoso y de más solera de la Córdoba de los 50.

La casa de la “Pichichi” fue una institución local, por donde pasaron “señoritas” fijas y otras de una forma esporádicas para dar servicio a lo más granado de la clase pudiente como : señoritos agrícolas o ganaderos, toreros, hombres de negocios e industriales, sorterones empedernidos y provincianos des plazados de sus respectivas localidades, todos ellos de muy diversas edades, sabiendo de antemano de la discreción y compostura de esta casa de lenocinio. (acción de alcahuetar).

Estos personajes como “La Pichichi” ya fueron historia, pues los burdeles de alto copete desaparecieron, quedando el negocio en citas concertadas como normales en hoteles de muchas estrellas.

ANECDOTARIO

Se cuenta la siguiente anécdota ocurrida a la Pichichi, que tiene todos los fintes de ser fragmento de sainete cómico:

Cierta mañana, doña Concha, se presentó en una entidad bancaria a realizar una operación, y como consideró que no se la trató adecuadamente pidió hablar con el director.

-LO SIENTO SEÑORA ESTÁ REUNIDO, LE DIJO EL EMPLEADO.

Con paso decidido y resolutivo sin esperar la preceptiva introducción abrió la puerta del despacho del director y entró con toda naturalidad. Aunque efectivamente estaba reunido con unos destacados clientes agrícolas, a ella no le importó, y se dirigió a él en alto tono familiar:

¡Leopoldo! ¡Leopoldo!

El director que celebraba aquella importante reunión con estos personajes muy conocidos de la ciudad sólo acertó a decir haciéndose el “longui”:
¡Señora, por favor! ¿Quien es usted?.

Doña Concha “La Pichichi” dudo un momento, ya que con seguridad esperaba encontrárselo solo....

La situación se tensó, porque los demás respetables señores temieron que se dirigiera a ellos, con la misma familiaridad que a don Leopoldo, por tener todos motivos para ello.

Hasta que una de ellos, matador de toros retirado, viejo y con fama de no tener pelos en la lengua, rompió el hielo con toda naturalidad:

  • ¿Qué te pasa Concha? ¿Qué quieres? ¡Y usté don “Leopoldo” no sea “hipócrita” y no pregunte que es, porque a Concha la conocemos en “toa “ Córdoba.!”



 Todos los presentes quedaron relajados y la Pichichi con gracejo dijo “Señores quedan servidos” y dándose media vuelta se marchó con la misma resolución en que entró al despacho.

jueves, 13 de noviembre de 2014


LA VELLA (la Vieja) CUARESMA”




La cuaresma es el periodo de tiempo litúrgico destinado por la iglesia a la preparación de la fiesta de la Pascua . Comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Jueves Santo, antes de la misa de la última cena de Jesús con sus apóstoles.
Antiguamente, como algunos podéis recordar, las prohibiciones cuaresmales eran mucho mas fuertes que ahora, y los ayunos y abstinencias muchos mas corrientes.
Este periodo de tiempo, en Cataluña adopta la forma de una mujer vieja (vella en catalán) arrugada, con chepa y representada con siete pies que va rezando el rosario, esperando que vengan tiempos mejores. Va vestida con amplias faldas como una campesina mallorquina. Hecha de papel o cartón cargada de arenques y bacalao.
Era y es la encargada de que los niños coman pescado. Hay un dicho”Si comes carne la Vieja (la vella) vendrá y te llevara”.
Durante los días de Carnaval se mantiene una lucha, en la cual la Vella Cuaresma acaba ganando y se abandonan los banquetes, la fiesta loca y el desorden, dando paso al ayuno, al orden y la calma.
Según la tradición, las comidas abundantes, se cambian por un régimen de sopas con aceite, verduras y agua, solo los Domingos se podía comer pescado. Por eso la Vella (la Vieja) Cuaresma lleva siempre un trozo de Bacalao.
Cada domingo de Cuaresma se cortaba uno de los pies para significar que había pasado ya una semana desde Carnaval hasta Semana Santa. Era una manera divertida de ver como pasaba el tiempo y saber cuantos días faltaban para Semana Santa y la llegada de la Primavera.


A esta estampa popular, en muchos lugares de Cataluña se le llamaba “la bacalaera”.

viernes, 7 de noviembre de 2014

HISTORIA DE ESPAÑA






Escudo de España 1870-1873
AMADEO I REY DE ESPAÑA



Escrito enviado al congreso de España por el Rey Amadeo de Saboya, comunicando su renuncia a la corona, ya que le ERA imposible gobernar a los españoles por los continuos enfrentamientos entre los partidos políticos.

Su reinado solo duro 26 meses.

AL CONGRESO:

Grande fue la honra que merecí a la Nación española eligiéndome para ocupar su Trono; honra tanto más por mí apreciada, cuanto que se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros que lleva consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado. Alentado, sin embargo, por la resolución propia de mi raza, que antes busca que esquiva el peligro; decidido a inspirarme únicamente en el bien del país, y a colocarme por cima de todos los partidos; resuelto a cumplir religiosamente el juramento por mí prometido a las Cortes Constituyentes, y pronto a hacer todo linaje de sacrificios que dar a este valeroso pueblo la paz que necesita, la libertad que merece y la grandeza a que su gloriosa historia y la virtud y constancia de sus hijos le dan derecho, creía que la corta experiencia de mi vida en el arte de mandar sería suplida por la lealtad de mi carácter y que hallaría poderosa ayuda para conjurar los peligros y vencer las dificultades que no se ocultan a mi vista en las simpatías de todos los españoles, amantes de su patria, deseosos ya de poner término a las sangrientas y estériles luchas que hace tanto desgarran sus entrañas. Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos largos años ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo casa día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuera extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien prometió observancia . Nadie achacará a flaqueza de ánimo mi resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme de la Corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles; ni causó mella en mi ánimo el que corrió la vida de mi augusta esposa, que en este solemne momento manifiesta, como yo, el vivo deseo de que en su día se indulte a los autores de aquel atentado. Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e irrealizables mis propósitos. Éstas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional, haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores. Estad seguros de que al desprenderme de la Corona no me desprendo del amor a esta España tan noble como desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía. Amadeo.
Moneda de plata


Palacio de Madrid a 11 de febrero de 1873.

viernes, 24 de octubre de 2014

CÓRDOBA EN EL ALMA

LEYENDAS DE CORDOBA


EL CAIMAN DE LA FUENSANTA


Santuario de la Fuensanta y Pocito.
Situado en un muro del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, el origen de esta caimán es incierto debido a la diversidad de leyendas existentes al respecto, aunque Ramírez de Arellano declara que el caimán fue traído de América junto a una costilla de una ballena, la concha o carapacho de una tortuga, una sierra de pez de este nombre y otras cuantas cosas remitidas como recuerdo por viajeros cordobeses.

Exvotos y recuerdos.
Una de las leyendas mas extendidas cuenta que en una ocasión hubo una crecida en el rió Guadalquivir y la abundancia de agua trajo un temible caimán que llegó a sembrar el pánico entre la población cordobesa y entre las cercanas huertas. El animal acechaba a sus desprevenidas victimas, las destrozaba y luego desaparecía en los cañaverales cercanos. Cuando sentía hambre volvía a actuar y de esta forma tenía sobrecogida e impotente a la población hasta que un cojo decidió acabar con el problema.

Se cuenta que, después de estudiar el comportamiento del caimán, lo acecho y lo espero en un árbol con su muleta y un pan abogado. El pan despertó la glotonería del animal, que inmediatamente abrió la boca para engullirlo, momento que aprovecho nuestro héroe para apearse del árbol y clavar el filo de su muleta en la garganta del animal, que diseco y coloco como exvoto, otra forma de la leyenda habla de que el héroe no fue el cojo sino un condenado a muerte a quien se le ofreció el indulto si acababa con el terrible animal que tenía en jaque a la población.

Desde entonces, durante la celebración de la Velá de la Fuensanta, es costumbre acudir al templo y ver el cuerpo disecado del caimán.





lunes, 20 de octubre de 2014

CÓRDOBA EN EL ALMA

LEYENDA DE LA CALLE DE LA PIERNA


Calle Barroso, antigua de la Pierna
Cuentan que en la casa número 4 de la calle de la Pierna, actual calle Barroso, vivía una joven que no solamente pasaba el día en la ventana indagando la vida de sus vecinos, sino que muchas noches hacía lo mismo, acarrándose el odio de todos los que tal conducta sabían. Una noche, puesta en su sitio de costumbre, vio venir de hacia la parroquia dos filas de luces alumbrando un féretro que ocupaba el centro. Ya cerca, arrimo= se a la reja uno de los acompañantes y le rogó le guardase el cirio que llevaba en la mano para recogerlo al día siguiente, por no serle posible seguir a causa de encontrarse enfermo. Accedió aquella a la petición y después de tomar el cirio su curiosidad le hizo preguntar el nombre del que llevaban a enterrar, oyendo con asombro que el desconocido pronunció el de ella, cuya sorpresa le hizo dar un grito y caer desmayada. Cuando volvió en sí aún apretaba en la mano la canilla de un muerto en que la vela se le había convertido. Añade que no sólo quedó curada de su mala costumbre, sino que se colocó la pierna en el sitio que aún vemos en memoria de este suceso.

Otro - y estos no alcanzaron tanto crédito- inventaron que en esta casa vivió una señora en extremo bella, pero tan orgullosa y de mal carácter que nadie podía sufrirla, llegando su desmedido amor propio a creerse la más hermosa del mundo y a despreciar a cuantos no la adulaban. A tal extremo llego su presunción que tenia-se por superior a su padre, a quien maltrataba por su extremada pobreza.

Un día se acerco este a pedirle un socorro con que atender sus necesidades. Mas, en vez de obtenerlo, lo recibió ella con multitud de injurias, a las que el podre anciano contesto dignamente, no creyendo que su hija cometiese la infame acción de arrojarlo a puntapiés de su casa. Pero así lo hizo, dando lugar a que la maldición paterna cayese sobre ella, hasta tal punto que la pierna con que lo había ofendido se le convirtió en piedra, muriendo entre los mas agudo dolores, castigo con que la Providencia le hizo comprender lo mucho que lo había ultrajado.   

   

viernes, 10 de octubre de 2014

CÓRDOBA EN EL ALMA

CRISTOBAL COLÓN EN CÓRDOBA



Beatriz Enriquez una cordobesa amante de Cristobal Colón y madre de su hijo. (Hay una calle que la conmemora en la barriada de la Huerta de la Reina.)

La vida de Beatriz siempre ha estado envuelta en un halo de misterio. Desde no llevar los apellidos del padre, hasta el no saber por qué Cristobal Colón jamás se caso con ella, a pesar de haberle dado un hijo. Tal vez por temor del Almirante a ser blanco de las sospechas de la inquisición por tratarse de una familia de cristianos nuevos.

Beatriz Enriquez y Colon en su casa de Córdoba
El padre de Beatriz se llamaba Pedro Torquemada, apellido famoso en los anales de la Inquisición, y su madre Ana Núñez de Arana. Procedían de una familia de conversos que había dado a la Iglesia española al ilustre Cardenal de San Sixto, Don Juan de Torquemada, de quien era pariente por cierto, el famoso Inquisidor.

Desde luego, basta este argumento para pensar que el padre de Beatriz perteneciese a esa familia, y así se hace mas importante la hipótesis que dice que Doña Beatriz era de una familia conversa. El primer síntoma y quizás el mas significativo del ambiente converso en que todo este episodio ocurre, en la deliberada supresión del nombre del padre de Beatriz y de su hermano Pedro.

Por frecuente que fuese en aquellos días el que los hijos de una familia escogiesen cada cual un apellido distinto no lo era el que “ninguno” de ellos siguiese el paterno. Parece darse aquí cierta “repugnancia” el adoptar el nombre del sanguinario perseguidor de los conversos.

Doña Beatriz, pertenecía a una familia de labradores, debió de nacer hacia 1467. tras la muerte prematura de sus padres, permaneció junto a su hermano Pedro, bajo la tutela de la abuela materna Leonor Nuñez y su tía de nombre Mayor Enríquez, hasta que unos años después, fallecidas estas, fue tutor de Beatriz su tío Rodrigo Enríquez de Arana, lagarero de profesión y propietario en Santa María de Trassierra, y que vivía en la collación de Santo Domingo en Córdoba.

Los Aranas tenían un cierto nivel social que se refleja en el hecho de que Beatriz supiera leer y escribir, circunstancia bastante infrecuente en la época.

De su tutor Rodrigo se dice que fue una persona de vida desordenada a juzgar por la documentación referida a él que se ha conservado, nos lo presenta haciendo frente a continuas deudas. Y es por eso que tal vez, doña Beatriz se emancipase tan pronto como pudiera de su tío, con el que al parecer, no mantenía buenas relaciones.

Lo mas probable es que Beatriz frecuentara la casa de unos parientes existentes en la ciudad, con los que entraría en contacto con el recién llegado Cristobal Colón, alrededor del año 1487. Fue entonces cuando esta hermosa, inteligente y culta mujer sucumbió a la tentación y se enredó en amores con el misterioso aventurero, seducida por una mezcla de fascinación y sueño de grandeza. Parece que no hay duda de que Colón, que pasaba de la treintena, se enamoró de la joven que le hizo “más llevadera y agradable” su estancia en Córdoba. En tanto su proyecto era definitivamente asumido por la Corona. Se desconoce la edad que contaba la cordobesa cuando inició su relación amorosa con Colón; aunque algunos autores dicen que era una joven de unos dieciséis años. fruto de esta relación fue el nacimiento en agosto de 1488,de un hijo que se llamaría Hernando por expreso deseo del padre, y en honor del Rey Católico.
Monumento a Colon con los Reyes Católicos en el Alcázar de Córdoba  

Firmadas las Capitulaciones de Santa Fe en abril de 1492, partió Colón para realizar su ansiado viaje del descubrimiento, llevando consigo a Diego Arana primo de Beatriz, y dejando instrucciones para que su primogénito Diego Colón fuera confiado a Beatriz Enriquez.

El regreso de esta expedición marcó el final de toda relación entre Beatriz y el navegante. Nadie puede decir lo que paso entre la pareja, pero lo cierto es que Cristobal Colón le recogió sus dos hijos ( Diego y Hernando ), que en adelante quedarían en la corte en calidad de pajes del príncipe Don Juan.

A modo de compensación de la deuda moral contraída con ella, Colón le asigno una pensión de 10.000 maravedis anuales en 1493 y otra igual en 1502. Tres años después, al morir Colón, le dejó su fortuna y encomendó a Beatriz a su hijo primogénito Diego, a fin de que le asegurara rentas que le permitieran llevar una vida desahogada.

Aunque se desconoce la fecha del fallecimiento de Doña Beatriz, le sobrevivió a Colón en mas de quince años, así lo prueban algunas escrituras que atestiguan las dificultades económicas a que tuvo que hacer frente; y es que al retraso en el pago de las mencionadas rentas se sumaba el total desamparo en que la tenia su hijo, que siempre expreso hacia ella un desapego extremo. Ella sin embargo, prefirió vivir casi en la indigencia y nunca reclamó su herencia que el padre de su hijo le dejó.




sábado, 4 de octubre de 2014

LEYENDAS Y CURIOSIDADES DE CÓRDOBA

LEYENDA DEL PALACIO DE LOS VILLALONES EN LA PLAZA DE ORIBE O CASA DEL CORREGIDOR DE LA CASACA BLANCA

Un bello edificio de estilo renacentista, donde se sitúa



 una de las leyendas mas conocidas en la ciudad de Córdoba.

En este palacio vivía Don Carlos de Unciel y Guimbarda, corregidor de la ciudad, era viudo y tenia una hija, lista, hermosa y obediente, llamada Blanca que nunca salia sola de casa, siempre lo hacia acompañada de su dueña o de su padre.

Con motivo de la feria de la Fuensanta padre e hija, que ya tenia 17 años, fueron hasta el santuario para tomar las aguas milagrosas del pocito y rezarle a la Virgen. En el camino se les acerco una gitana harapienta de supuesto aspecto con la intención de leerle el futuro a Blanca, la joven le demostró su repugnancia y Don Carlos temiendo un disgusto de su hija, rechazo con energía a la gitana que al quedar desairada farfullo entre dientes:

Ellos pagaran su orgullo con raudales de llanto que la pena les hará verter,”

Nadie hizo caso de aquellas palabras que creyeron dichas por su mala educación, y volvieron a su casa como si nada hubiese pasado.

Pasados tres o cuatro años, llamaron a la puerta de la casa a altas horas de la noche unos judíos que venían a quejarse al Corregidor porque nadie les daba posada, pedían que el les diera cobijo aquella noche aunque fuera en el portal de su casa, consintió Don Carlos, y la criada que había abierto la puerta le comento a Blanca lo extraño que le parecieron aquellos huéspedes. La curiosidad las empujo a espiarlos por el ojo de la cerradura, y cual seria su sorpresa cuando vieron que sentados en corro, leían atentamente un libro a la luz de una vela amarilla y que ademas uno de ellos pasaba muy deprisa las cuentas de un gran rosario que llevaba al cuello. Se oyó un ruido profundo y rora, el suelo se abrió y dejo a la vista una hermosisima escalera de mármol por la que bajaron los huéspedes, que al cabo de un rato volvieron a subir a subir acompañados de un joven que traía en las manos un cofre lleno de alhajas. El desventurado joven, que haba sido enterrado en vida con sus riquezas, les suplico que lo llevaran con ellos, hizo promesas y juramentos que de nada le sirvieron, le obligaron a bajar de nuevo la escalera. Inmediatamente apagaron la vela con la que se alumbraban y al desaparecer la luz, desapareció también el hoyo que se había abierto en el suelo, todo quedo como si nada hubiese sucedido.

A la mañana siguiente los judíos dieron las gracias al Corregidor por la generosidad con que los había hospedado y se marcharon.

Tanto Blanca como su dueña ardían en deseos de conocer el misterio de aquel joven que permanecía prisionero bajo tierra con su fabuloso tesoro, miraron con atención todas las rendijas, oquedades y fisuras del suelo del portal y nada raro advirtieron, hasta que la dueña vio esparcidas numerosas gotas de cera desprendidas de la vela encendida por los judíos. Las recogieron con cuidado todas y formaron una vela.

Esperaron que llegara la noche, y cuando todos descansaban bajaron al portal y encendieron la vela.

Inmediatamente se bario el suelo dejando ver la escalera, por la que bajaron las dos con sigilo esperando encontrar al muchacho y los tesoros, pero no encontraron el menor rastro. Cuando la dueña vio que la vela se consumía echaron a correr hacia la salida, salio la doncella, se apago la vela, se cerro el suelo y Blanca quedo sepultada. La dueña empezó a gritar, ante tal escándalo acudieron el Corregidor y todos los criados, que no salían de su asombro ante lo sucedido.
Llamaban a Blanca que respondía con acento de dolor. El Corregidor hizo cientos de excavaciones, todas inútiles. Don Carlos paso el resto de su vida llorando la perdida de su querida hija.

Desde entonces se oyen ruidos extraños, llantos lastimeros, susurros, y una sombra misteriosa recorre por la noche toda la casa, es Blanca que aun vaga por ella.

En la fachada del palacio, sobre la puerta, se encuentra tallado en la piedra, un medallón que representa a una mujer con los brazos abiertos.

¿Sera el mudo recuerdo a la desaparición de Doña Blanca?






viernes, 15 de agosto de 2014

MARIA MAGDALENA

CARTAS  A JESÚS DE NAZARET



Carta 22 a Jesús de Nazaret.        
Domingo  De Resurrección: 20 - abril- 2014
Evangelio: Juan, 20, 1-9



S
eñor: ¡Qué mujer era María Magdalena! Como grande la retrata Juan en su relato de hoy.

Salió al amanecer, y encontró tu sepulcro sin la losa que lo cerraba. Como no estaba tu cadáver creyó que se había producido una nueva fechoría contra ti.
       
A pesar de la oscuridad, no temió a peligro alguno.  Se volvió en busca de alguno de tus Discípulos con cuyo apoyo reparar la profanación que creyó se había producido contra tu cadáver.

 
Iba a defenderte, ignorando que, el tiempo de tu debilidad había terminado, justo con el comienzo de nuestra salvación. Tú, incluido tu cuerpo, habías adquirido la glorificación plena junto al Padre y al Espíritu Santo.  Aquella ausencia, no era profanación, sino exaltación
.
Perdona, Jesús, pero me ha hecho sonreír lo que Juan cuenta sobre él, en  el relato: “que corría más que Pedro” No podía ser de otra manera: “¡lo que es la juventud!
Me gusta la cortesía de Juan: llegó el primero, pero entró el último.

Es un ejemplo del que muchos podemos aprender mucho. Desde aquella
madrugada,  Jesús,  el sepulcro  vacío  se llenó de esperanza: el que por unas horas

había encerrado la muerte, se abrió a la Vida. el que había velado las huellas doloridas de la injusticia humana, se trocó en la garantía más cierta y absoluta de la victoria contra el mal y el dolor.
Pedro y Juan, volvieron al sepulcro y creyeron; yo no lo he visto; pero creo que tú “resucitaste de entre los muertos”.  Es más, y no es mérito mío,, sino regalo tuyo, que yo también resucitaré, y que resucitarán todos los hombres y mujeres cubiertos por el bello manto de tu salvación.
 Me apena que haya tantos millones de hermanos míos que aún viven en tinieblas.

Ojalá pudiese encender en tu sepulcro vacío la antorcha de la fe y alumbrar los ojos de los que caminan a tientas, ciegos, por los caminos de la vida: de la vida de esta sociedad del siglo veintiuno, oscurecida por tantos anuncios publicitarios, mensajes y ruidos contradictorios.







lunes, 14 de julio de 2014

PASEOS POR CORDOBA

pRIMITIVA 
BARRIO DE LA MAGDALENA

LA CALLE DEL POZO

No es menos digna de llamar nuestra atencion la casa taberna esquina a la calle del Pozo, conocida por la de la Nina del milagro. En ella vivia en 1808, Pedro Moreno, honrado cordobes, quien no pudiendo sufrir que su patria gimiera bajo el yugo de las Aguilas francesas, se asomo al balcon cuando entraba por la Puerta Nueva el general Dupont y le disparo su escopeta, matandole el caballo e hiriendo a uno de sus edecanes; tan heroica imprudencia provoco la ira de los soldados franceses, quienes entrado en la casa asesinaron a cuantas personas vieron, incluso a Pedro Moreno, sin exceptuar mas que a una nina de pecho que saco uno enganchada en la bayoneta de su fusil y se la dio a una mujer que por caridad la conservo hasta que volvio a su familia; en edad aproposito entro de religiosa en el convento de Jesus Maria. del orden de San Francisco de Paula, desde donde paso al de Santa Isabel de los Angeles. En el que existe haciendo el oficio de portera, y es conocida por Sor Maria de Jesus Moreno.

La citada calle del Pozo que afluye a la de Alcolea, nada de particular ofrece; debe su nombre a un pozo que habia en una de sus casas a disposicion del publico, entrando por un callejon. al que se bajaba por dos o tres escalones; suprimiose a principio de este siglo por considerarlo innecesario con las dos fuentes cercanas de la Magdalena y Campo de San Anton; en la casa numero 18 de esta calle naci0 el notable escritor D. Francisco de Borja Pavon.

Frente a expresada calle y en la esquina de la casa del Marques de Campo Alegre, hubo hasta 1841 un cuadro que representaba a Jesus Nazareno, copia del de Valdes que entubo en la Zapateria, hoy calle del Liceo.

Hacia la esquina de la calle Ancha de la Magdalena principia una cloaca o alcantarillado que termina en el cano de Venceguerra.

En el sitio de que nos hemos ocupado empieza la calle de las Ferias, que solo pertenece a este barrio hasta la de Frias,que vuelve a enlazar con la ya descrita plazuela del Conde de Gavia. Se llama de las Ferias, porque desierta casi por completo durante el ano, solo se veia concurrida en las veladas de Santiago y San Bartolome y feria de la Fuensanta, en que el transito era mucho, y mas aun antes de abrirse la Puerta Nueva, hoy de Alcolea. La calle de Frias divide los barrios de la Magdalena y Santiago, correspondiendo cada acera a uno de ellos; tomo el nombre de la ilustre familia de este apellido, cuyas casas no se pueden fijar con exactitud; mas si aseguramos el origen del titulo: hemos visto el testamento de D. Rodrigo de Arias, caballero de Alcantara, que falleci0 en 1488 y fue enterrado en su capilla de la parroquia de Santiago, circunstancia que nos induce a creer que ha de pertenecer a uno de los entronques de la casa de Gavia.

A la entrada de la calle de las Ferias esta la travesia llamada del Horno de la Cruz Verde, por una bien grande que habia en la esquina con un brazo a cada calle, y que denotaba ser la propiedad de la casa del Tribunal de la Inquisicion: sigue Barrio Nuevo, que en su mayor parte corresponde a Santiago, y desde 1868 encontramos en este punto otra salida al Campo de San Anton, mejora y comodidad que dio a aquellos vecinos el derribo de las murallas realizado en aquel tiempo, sin el cuidado necesario para que no se hiciesen tantos desaciertos.



De Ramirez de Arellano.






martes, 1 de julio de 2014

LEYENDAS Y CURIOSIDADES EN EL REINO DE CÓRDOBA

CÓRDOBA EN EL ALMA

EL FANTASMA DEL NONO

En la calle Blanco Belmonte, muy cerca de la judería, se encuentra el viejo palacio de los Condes de las Quemadas, un edificio del siglo XVII, que hasta hace poco tiempo fue Escuela de Arte Dramático y Conservatorio de Música.

La leyenda de este palacio cuenta que un viejo zapatero (apodado el Nono) no viendo otra salida a sus problemas su suicido en el edificio, y está condenado a vagar por toda la eternidad en el mismo lugar donde perdió la vida.

Son bastantes los testigos que dicen haberse encontrado con el espectro del Nono.

Una de las alumnas cuenta que una tarde después de ensayar cuando estaba recogiendo sus cosas, sintió andar por el pasillo, cuando la puerta se abrió, se cerro y no entro nadie, pensó que había sido el aire, pero volvió a sentir pasos allí mismo, y allí estaba ella sola, sintió frío, y una voz que le decía "no tengas prisa", entonces salio corriendo y no volvió mas sola.

Un guarda de seguridad de la escuela también cuenta que hace casi una década, una tarde se encontraba en la plata baja cuando sintió como si alguien o algo rompiera el cristal de una ventana, fue para ver que estaba pasando, pero no encontró nada, cuando ya se marchaba de hacer aquella ronda algo llamo su atención;  "Era un hombre embozado en una vieja capa, con sombrero y botas que caminaba hacia uno de los pasillos.... lo llame y el tipo se volvió, agacho la cabeza, descubrió sus ojos, me miro fijamente y supe enseguida que aquel hombre no era de este mundo".

Otras personas, sobre todo alumnos, también cuentan sus experiencia en el interior del edificio, siempre en la misma clase, la clase maldita, la numero 5.

El edificio ha estado cerrado y abandonado, pero actualmente está rehabilitado y vuelve a ser la Escuela de Arte Dramático.     

miércoles, 11 de junio de 2014

LEYENDAS Y CURIOSIDADES EN EL REINO DE CÓRDOBA

CÓRDOBA EN EL ALMA

Historia : EL CASTILLO DE ALMODÓVAR DEL RÍO

ESCUDO DE ALMODÓVAR DEL RÍO
El hábitat más antiguo en el término municipal de Almodóvar del Río se remonta al Paleolítico Inferior, habiéndose documentado varios yacimientos (estación de ferrocarril, desembocadura del Arroyo del Temple y de los Mochos), que han proporcionado materiales pétreos llamados cantos rodados y bifaces. Igualmente, en una covacha del Cerro de Castillo aparecieron vestigios fecha-bles en el Calcolítico.
El tránsito al período histórico está testimoniado por los restos materiales inscribibles al Bronce Final Orientalizante, localizados en yacimientos de la confluencia del Guadalquivir y el Guadiato, y también en el Cerro del Castillo. En este último lugar, se han encontrado pruebas asimismo de la perduración del hábitat en época ibérica, tal como se manifiesta el hallazgo de la típica cerámica pintada ibérica de bandas y círculos. De gran relevancia resulta un friso de piedra con escenas de caza, en el cual se representa la cacería de un ciervo por varios personajes a caballo, seguidos de un carro tirado por asnos; se data entre los siglos IV y III adC.
EL CASTILLO DESDE EL PUEBLO
En época romana, el núcleo principal de población se concentraría en los alrededores del Cerro del Castillo, extendiéndose por la zona norte de la localidad actual, donde se han producido hallazgos de ánforas y monedas; también en sus inmediaciones, se han documentado tumbas de inhumación. Se le identifica, con ciertos problemas, generalmente, con Carbula, ciudad mencionada en un pasaje (Naturalis Historia, III, 10) del geógrafo romano Plinio; Carbula era un oppidum -poblado fortificado-, que, con la llegada de los romanos, se integraría dentro del territorio colonial de Colonia Patricia Corduba. Este territorio sobresale por la abundancia de yacimientos arqueológicos que testimonian una extraordinaria actividad agraria, centrada en el cultivo del olivo, así como un gran desarrollo del comercio oleícola, puesto que de allí se exportaron enormes cantidades de aceite, envasado en ánforas, fabricadas en alfares próximos al río Guadalquivir (Cortijo de Rojas, El Temple, El Sotillo, Villaseca...). Importantes obras de ingeniería hidráulica son los acueductos subterráneos del Cortijo Nuevo y Fuenreal. El hábitat perduraría durante época visigoda, según testimonian los epígrafes funerarios datados en la segunda mitad del siglo VI y en el VII.
Con la conquista musulmana se estableció en el cerro una fortaleza (740), recibiendo entonces la localidad el nombre de al-Mudawwar al-Adna, topónimo que significa "el redondo", en clara alusión a la forma del mismo cerro. Las crónicas mencionan la población en dicho año, cuando el califa de Damasco designó para ocupar por segunda vez el emirato de al-Andalus al señor de Almodóvar, Add al-Malik ben Qatan hasta que muere en la guerra civil contra los sirios. Durante los siglos VIIIIX y X, la fortaleza y su término formaron parte de la cora de Córdoba; en el siglo XI quedó adscrito primero a la taifa de Carmona y luego a la de Sevilla; con los almorávides se reintegró a la jurisdicción cordobesa y, por último, en el siglo XII y parte del siglo XIII pasó a depender de la corte almohade de Sevilla. Este distrito contaba con una numerosa población rural y estaba cubierto de bosques, escasa producción cerealística y abundante caza.
En 1226 fue decapitado en Almodóvar del Río el rey musulmán de Baeza, quien fue acusado de traición por los almohades por su alianza con Fernando III el Santo,rey de Castilla y León.1
Permaneció cinco siglos bajo el influjo de la civilización islámica, hasta que en el año 1240 fue incorporada, mediante pacto, a la Corona de Castilla durante el reinado de Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, que conquistó la ciudad de Córdoba en 1236. En el año 1243 la localidad fue entregada al Concejo de Córdoba, permaneciendo bajo su jurisdicción en las centurias siguientes.
En 1394 falleció en el castillo de Almodóvar del Río, pues se hallaba prisionero en él, Fadrique de Castilla, hijo ilegítimo de Enrique II de Castilla.
La tenencia del castillo se vincula durante el siglo XV a la Casa de Baena y Cabra. Igualmente, su magnífica situación y la expugnabilidad de sus muros motivó que fuese utilizado como residencia de los monarcas Pedro I y Enrique II, y como prisión, como atestigua una orden de Consejo Real (1491). Hacia 1473 aparece por primera vez el nombre de Almodóvar del Río, apelativo con el que se quería aludir a su ubicación a orillas del Guadalquivir.
EL CASTILLO Y EL PUEBLO
La villa permaneció vinculada a la Corona, hasta que Felipe IV accedió a la venta de la jurisdicción y señorío por quince millones de maravedís y de la alcaldía y del Castillo millón y medio, en favor de Francisco Corral y Guzmán. Su población fue reducida durante este período: de los 1600 vecinos en 1530 a los 800 al final de Edad Moderna; la mayoría se dedicaba al trabajo del campo, como jornaleros en su mayoría. Destacaba el cultivo de cereal, luego el olivar, y menor importancia tiene la vid. La ganadería proporcionaba parte de su sustento, sobre todo la cabaña caprina, seguida de la lanar y de cerda.
La revolución liberal, operada en España a comienzos del siglo XIX, tuvo repercusiones de gran calado socioeconómico en la villa, ya que la desaparición del régimen señorial y las desamortizaciones eclesiástica y municipal repercutieron en la consolidación del latifundio dentro del término, lo que generó una elevada conflictividad social, tal como se manifiesta durante la Segunda República y la Guerra Civil española.